PRESENTACIÓN
Obra contemporánea de Mémoire d’homme, se terminó de componer con toda seguridad en Septiembre de 1949, poesía de madurez, por tanto, ya alejada de postulados dadas y surrealistas.
Se publicó con otro título en el número 4 de Marzo de 1950 de la revista Le Temps de la poésie, y se editó como libro en 1955 con una portada de Georges Braque
Texto introspectivo, subraya la profunda vergüenza humana ante el caos del mundo, cuyos dirigentes carecen de todo tipo de sentimientos y son seres sin escrúpulos que nos conducen inexorablemente al abismo y a la destrucción.
Las imágenes tan potentes, concisas, puras y desnudas como acostumbra a construir Tzara, arrastran en un torbellino luminoso hacia el interior de uno mismo, como clama claramente el verso inicial ( “te asomas en el pozo abierto de lo más profundo de tu pecho”, en la creencia, siempre, de un posible tránsito hacia un mundo donde el reparto de la riqueza, la justicia social y la libertad fuesen sus soles rectores.
Como en toda la obra tzarista hay una constante contraposición dialéctica, un balanceo cruel y maravilloso a la vez, entre la alegría por la vida y la desazón ante la muerte.
BUEN MOMENTO
I
te asomas en el pozo abierto en lo más profundo de tu pecho
en el centro del remolino respiratorio girando alrededor de tu mirada
el sueño te atrapa en las entrañas de su remordimiento
cada noche una puerta de perros muestra dientes amarillos de miedo
entre los idiomas incomprendidos
una muerte fugaz acariciada
cállate angustia al borde del pacífico mudo
que las innumerables voces tejen de nuevo el mar de precipicios
el parto de un mundo vigoroso llevado a la cima de la inocencia
cada noche por nuevos caminos
recuerdo mil brillos pasaron por mis manos.
cultivé una ceniza opaca con frutos pesados
para que la frente bañada en la luz de los pájaros
mediante la frescura del cielo alcance la serenidad ártica
las palabras cargadas de jardines
la sustancia de su verdad
recuerdo ventanas de oro abiertas al árbol amigo
en la habitación con párpados de cristal
cada hora llenaba su juego profundo
mañanas mañanas de estas miradas
existía el caminar por un sol de pared cruel de tanto blanco
como sangraban la luz los cuchillos
los ojos fijos en el presente ya no necesitaban ver
nuestros desnudos interiores rescindían de palabras potentes
ligeros ligeros con llamas recientes
los deseos en el centro de la transparencia
todo el fuego del futuro ofrecido en cada cara risueña
supe reír con mil imágenes en la cabeza
de palacios o arroyos
coronar de inmensas cúpulas el sueño maduro
las infancias recorridas por rebaños de animales salvajes
con perspectivas volcadas en un universo de botellas
por qué te amé tanto mi juventud mi razón
mi amor frente al sol mi pensamiento mi miedo mi alegría
fui atrapado por tu caminar
entre las ramas en la hiedra
la melena de la noche satisface
goteando de tu silencio
se gastaron mis instantes en la huella de tus pasos
y tu sombra sobre la mía descansaba lentamente
copos de días felices
cristales de domingos blancos
ocultando sus risas en las comisuras de los manantiales
uno a uno llegaban a derretirse
en la palma de las existencias
tiempos pasados transcurridos
donde la sangre fue humillada por vivir tanto apartada del mundo
ya no sabemos contarlos
se llevaron las orillas
sin saber a dónde va el río
sin brújula
las manos vacías bajo los puentes
y los ojos siempre llenos de promesas de victoria
a altas horas de la noche recuerdo
que vimos despuntar en las cumbres la ardiente floración
profundidad de una edad madura
II
frutas arruinadas
muros destrozados
nieve muerta
horas manchadas
pasos cerrados con candado
rompieron las calles
la vergüenza de vivir
inunda mi mirada
hogares apagados
risa desdentada
sitios aplastados
vejez hostigada
vislumbrada en el hogar
toda la miseria
para caminar encima
caballos destripados
en la arena de las cabezas
postigos robados
casas abiertas
niños fuera
palabras de paja
como única verdad
colchón vacío
para no dormir
ni reír ni soñar
frio en las entrañas
hierro en la nieve
que quema en la garganta
qué hiciste qué hiciste
de las cálidas manos de ternura
acaso perdiste el cielo
en la cabeza por el mundo
en la piedra en el viento
la amistad y la sonrisa
como los perros abandonados
como perros
III
manzanas ya está aquí el invierno
cubríos con blanco sueño
encended mil velas
en los cascabeles de las palabras
y de rama en rama la estrella
descifrando los nombres surgidos
bajo el espejo del armario
a cada cosa prepara su sitio
el grosor de la conciencia
aún una oportunidad de claridad
a través de los gemidos
un calor producido para creer
en la manzana y la estrella
para la coronación pura
de nuestras canciones arbóreas
viburnos habla el invierno
habla habla sin saber
enterrando el olvido
en la sordera de las calles
el ojo agita el juego de las nieves
nos cubre de insolencia
y secreta la llamada de una mujer
llega al final del recuerdo
no busquemos más mi huella
bajo el dolor de los márgenes
los graneros de los enamorados
lamparas muertas saqueadas
el silencio el difícil de hallar
desgranado en el hilo de los faros
hierro salvaje oh carbón oh voces
es la época
de las promesas de los nacimientos
a la espera de los combates preparados