PRESENTACIÓN

Cuarto y último libro con poemas inspirados o dedicados a España, tras Midis gagnés, Le signe de Vie, La Face interieur, Sans coup férir, (además del poema Ton cri Espagne incluído en Le Fruit permis), y segundo de los tres ilustrados por Picasso, tras Mémoire d’homme y antes de La Rose et le Chien, o sea influencia hispana por partida doble.

Largo poema épico de dimensión cósmica, redactado durante su peripecia huyendo del fascismo y por ende prototipo de texto que transcendiendo lo personal alcanza la universalidad. Autobiografía que recorre desde la época del idealismo juvenil de Zúrich, pasando por el dolor por los amigos desaparecidos, hasta la sucesión de las dos guerras, la española y la europea, transparente memoria histórica “maravillosa palinodia” en palabras de Jean Marceac en el n.º 477 de Les lettres françaises de Agosto de 1953.

Habría que remontarse quizás a Lautréamont y sus cantos de Maldoror, para encontrar una obra de tal calidad y calado. Nadie como Tzara podía emprender la aventura de clamar su ira ante el curso de la historia y proclamar su esperanza y fe irreductible en un mejor destino del hombre basado en el amor y en la solidaridad universales.

Libro que requeriría un más amplio comentario, como el interesantísimo de Lacòte en el libro publicado por la editorial Seghers, sobre el que volveremos en otra ocasión.

Me surgieron muchas dudas a la hora de titular la obra, el literal con (en) gran llama fue siempre descartado por no hacer referencia a la situación en la trinchera durante una guerra, en este caso la civil española, al final entre, en la brecha y éste en primera línea de fuego opté por este último.

EN PRIMERA LÍNEA DE FUEGO

yo tenía cien mil años

y heme aquí rebaño y heme aquí hoja muerta

y heme aquí joven árbol meneando la cabeza

ante el que soy transeúnte entre los demás

el cielo hilaba la lana oh gentío embarullado

y yo seguía dócil a la estrella peculiar astro

hacia qué tardíos reyes magos conducía la esperanza destrozada

la recia cadena en las muñecas de las carreteras

estrella de desgracia luz cardinal

yo era o ya no era yo no sabría que decirte

tanta tristeza sometida por simples palabras

bloqueaba el camino de la razón huidiza

nunca verano más brillante

nunca belleza enceguecedora nos halló más animales

que aún estábamos en la carretera sin final

decíamos hace buen tiempo no creíamos sus ojos

y no menos pensábamos en ello y era inútil

en copos de luz oscurecía la razón

dando vueltas espejismo del recuerdo

qué habríamos hecho de los retazos de nuestros amores

enterrados en el mudo asombro de la cohorte

el pájaro en los anillos de su canto

ensartaba interminables promesas de boda

y dentro de la magnitud de todo un pueblo

en el centro de las maravillas sonoras y vivas

yo estaba solo envuelto de soledad

al ir íbamos abrumados de belleza

desgarrados en nuestras manos cada uno con su soledad

flor solitaria invisible candor

ocultando el arrepentimiento y el miedo sin saber

solo el cansancio de nuestros cuerpos invadidos

mantenía la mente sobre esta tierra maldita

al diablo sufrimientos y que se desmorone el corazón

largos lagartos en medio de los implícitos muros

nimia esperanza en el alambre de estos días

por qué la muerte unánime no nos comprendió

en el destino expresado en las mareas del olvido

tragadnos absurdas olas en el lecho del olvido

tenue dulzura del olvido

mil años pasaron y era solo un día

sueño cógeme de los pies

échame a la basura

en el heno arropado por su ternura

apuñala la vida

como el morapio derramado en el establo ensucia la sangre

cartas sobre la mesa nada en los bolsillos

nada en las manos nada nada nada nada más

mil años pasaron y era solo una noche

un pez partido en su tibia longitud

y el sueño nos atrapa en sus entrañas abiertas

las bocinas carecen de fuerza

se aparcaron los camiones

ningún truco en los relojes

pasada la medianoche el mundo pasa

y paso yo todo pasa apiñémonos toque de queda

no hay otra salida en la lenta muchedumbre densa

hace frío hace calor y el sueño es un papel secante

todavía un montón de hojalata entre los irresistibles saludos del alba

entre las viles jaurías del recuerdo de infancias encantadoras

en mente lavadoras colchones colchones en el techo de los coches

os vi en España y el dolor aún me hace estremecer

por todo el ridículo poder que el hombre cree haber domado

hemos visto muchos otros

la paja y la viga la codorniz y el fusil

sillones Luis quince con caireles en el pecho

y jaulas y apuestas equipajes todo el petate apretado hundido

manchas de sangre en las sábanas miradas azotadas

extraviadas en refranes espurios de huellas de pasos en el barro

qué conocemos de los hogares abandonados

de la mullida intimidad rebosante de entrañas de pescado eviscerado

hatajo de pensamientos trasnochados

maníacos enmohecimientos de repeticiones

y harapos cultivados en jardines colgantes

de todas las miserables grandezas y de leche oscura de pasión

la vida múltiple de los náufragos humanos que somos

amasijo de imbéciles abandonados a la indolencia de los solsticios

tierna tierna es la noche

para los supervivientes del miedo

el sueño fijo

la piedra al cuello

mil años pasaron y era solo una noche

no son reyes magos que oigo bajo la ventana

no son buenas noticias que oigo colmar el espacio

no está la porcelana de los gorjeos en las ramas

felicidad abierta en los niños

que oigo en mi miseria

desnudo de cualquier esperanza

atado al árbol vertiginoso follaje

espero el rayo y el relámpago

me ofrezco al hacha del leñador

de arriba abajo y de un solo golpe

que reviente la venganza de la tierra

y se reavive el rayo alrededor de mi dolor

mil años pasaron y era solo una noche

y todavía esa noche los reyes magos van caminando

a calentar la alegría de las chimeneas cantando

a transformar la arena en suave hierba

la piedra en ciernes las ortigas de cristal

en las caracolas siempre existe la risa lejana

refugio de los barcos piratas

mil años de risa en una sola concha

y mil conchas encerradas en el corazón de mi amada

dónde estás cabeza de lucio

en qué olas aterciopeladas se perdió el sueño absurdo

otra vez los caminos se levantaron con el sol

lentamente lentamente las miradas golpeadas

niebla en cabeza muchedumbre en el vientre

cuántos kilómetros de la Porte de la Muette

todo un mundo nos separa

es de día en París no hay ya comerciantes de ropa

París está ciego y los cubos de basura vacíos

los mercados cubiertos por virutas de silencio

el Flore tapizado de rosas del desierto

negra noche ya no reconozco las calles de mi barrio

avanzo entonces cabeza disecada

ya no quedan patatas fritas en París

es noche oscura en pleno mediodía

aquí la artillería que conduce en dirección contraria

está apagada lúgubre semejante a nuestra marcha hacia

adelante

vamos vamos cabeza de cerdo

es el traqueteo de mi juventud

que estalla a través de las metralletas ligeras

también ella pagada

espejo desconcertado

París París mi ciudad abierta regreso hacia atrás

ciudad abierta a los asesinos vestidos de domingo

ciudad prohibida vendida ciudad mancillada tumefacta

en la luz inextirpable de tu primer orgullo

Tour Saint-Jacques casa donde resuena la risa de Desnos

y al reír caen mil pétalos de polvo

levantan sobre los andenes la confusión de los ruiseñores

son los barcos del Sena que van a la deriva

es l’Île de la Cité donde se enredan las alas

se abruman los cantos en posturas eternas

los gestos familiares encontrados a esta hora

se dice que nunca la volveremos a ver

Rigaud estación Montparnasse Bienvenida estación a ti

así van las cosas hacia la inmortalidad

aunque creer en la buena salida no hace daño a nadie

los nuestros marcharon llevándose nuestros corazones

trozo a trozo y ladrillo tras ladrillo

se desnuda la ciudad de los sollozos

Crevel Passy Concorde oh desgarros dementes

éramos de ese mundo donde de los apretones de manos

nacía el vuelo amigo de las tenaces libertades

el Sena entre las calles Beaume y Saints-Pères

que destilaron borracheras en nuestras venas

y se fueron de allí a aumentar las deudas de la aurora

oh Closerie esa noche vi oscurecer tantas lilas

en la tumba abierta que mi mirada se nubla

tantos otros conocieron a Unik calle Vaugirard

l’Île Saint-Louis Montmatre Auteil Porte Saint-Denis

era la guerra de España en la época de pureza

y nosotros corríamos al centro incandescente de las brasas

ningún horror en el mundo nos hubiese detenido

mientras nuestros corazones martillaban con la misma cadencia

la tragedia serena desparramaba sangre por las carreteras

Madrid piedra incrustada en mi antiguo dolor

ciudad cerrada al amor como mi amor traicionada

París ciudad abierta regreso hacia atrás

los senderos derrotados de mis veranos jóvenes

donde están los paseos y descubriendo París

la Ferme de Belleville o el libro de las horas

página tras página en el giro de las risas

Paul aún te veo entre el cartel de LU y el de Bovril

la Porte de la Villette que amabas como una adivinanza

la ciudad se regodea de las bocinas de autobús

los trenes de metro manan de los geyseres

las mujeres son reinas andan como barcazas

sin conocer su belleza sus cabezas están en otra parte

hemos contado acaso los cargamentos secretos

tesoros intangibles que pasan en el hilo de agua

pasos oh pasos pacientes impacientes

pasamos sobre nuestros amores esto llevaría muy lejos

las llamas se apagaron en los cuatro rincones del mundo

y mis amigos murieron en el mismo centro de París

cual es este estúpido sueño

avanza muchedumbre aumentada hasta las cercanías de los campos

las ciudades los pueblos se unen en la carretera

y caminan emparejados con la ausencia somnolienta

mil años mil años pasaron siempre estoy en fila

yo paso todo pasa hasta la náusea pasa

sobre las carreteras se vacían las entrañas de la tierra

mil años pasaron y fue solo un día

y mis amigos murieron en el mismo centro de París

no nací ayer

y las rimas alrededor de las cinturas el sol en bandolera

los suaves pastizales trotando en mis sienes

el aire de fiesta atravesando el pecho

la alegría carnal que se alza ofrenda

en honor de esta luz

conocí todas las bellezas de la tierra

cada día más frescas y recientes

no me esperaron

a que llegue a pisotearlas

no esperaron que la estrella se doble bajo la corona miserable

para clamar el poder ahora el de vivir

aquella ausente

y que por lo tanto era la duda

ante el abismo

la que nos precipitaba en lo desconocido

manos atadas

el desprecio clavado en la frente

la rabia entre los dientes

el bosque avanza las carreteras se juntan

Sologne sentada sobre las cepas del conocimiento

el Loira oh clarines sus riberas saltarinas

gargantas de pérgolas y de puentes derrumbados

durante mucho tiempo hemos conservado el sabor nocturno

las lenguas se desatan

no tenemos nada que decir

oh negras catedrales de Auvergne

cumbres a la entrada de las ciudades detenidas

aquí están las muelas de heno aún dulzor de los campos

la carretera transcurre compacta

la época de siega

la crueldad de vivir

buque de desgracia creciente intransigencia

tanta alarma estremece a lo largo del tren

que el cuerpo de la multitud como un solo hombre

se arroja a tierra

cuántas veces hemos repetido la hazaña

del miedo que abate a débiles y fuertes

pájaros que vierten el fuego por cubos de ignominiosa muerte

no soy bueno para nada

la marcha reanudó en orden la soledad

prófugos en peligro sobre un mar en calma

pecios desorientados

y siempre detrás de nosotros el sueño que te arrastra

un perro con correa

una vieja costumbre

aceite al fuego

mil años mil años qué sé yo

estamos en Saint-Benoît cogimos el desvío

Max no estaba pero las personas en la plaza

esperaban para saber lo que pasaba

el olor a catástrofe había contaminado sus prados

nos rodeaban meneando unas cabezas sigilosas

al final unas manos encallecidas pesando hechos

y el veneno echó raíces en Saint-Benoìt-sur-Loire

unos diablos se burlaban de ello en el atrio de la iglesia

la risa nos alcanzaba con todo el pensamiento

y refulgiendo más allá de los penetrantes soles

se incorporaba a la tristeza

Max la carretera que conduce a Drancy es larga

para que podamos acordarnos

para que podamos ruborizarnos

la carretera esta salpicada de los clavos del sufrimiento

y las espinas penetran en nuestros miedos cotidianos

mil mil años que más da aún estoy allí

París de mi juventud París oh amores míos

es necesario acaso que repita el trayecto aburrido

la felicidad que nace a cada paso

el dolor inclinado sobre cada hierba con brillo

dónde estáis cuentos infantiles

engarzados en diademas de estalactitas

sobre la sonrisa coronada de nuestros inviernos

aún hay césped fresco

disimuláis unas limitaciones fabulosas

colmáis los motivos de nuestros amores

dios sabe quién los hizo enredarse en el fracaso

y salpicados de felicidad reiluminada

ya no contamos sus alturas no medimos las bajadas

nuestras palabras eran sólidas y las cabezas zumbando

desengañaos carreteras vagabundas

vamos vamos apresurémonos

no estamos en el cine

colas para el pescado y las coliflores en el mercado

conocemos esto

y más cosas

la cola de las mujeres y de los niños

ante la iglesia Oradour

daban palmaditas dicen en las rosas mejillas infantiles

los que les querían bien

buen fuego

buena sangre

bien que no se olvidará tan pronto

y aunque no ensuciaban sus manos con gusto

estos bienhechores

la vergüenza en lo sucesivo ensució nuestro recuerdo

acaso podrían los cerdos tomar rostro humano

de manera diferente a los cuentos

y pido perdón a los cerdos

siempre que al poder de los animales salvajes los inmundos

mezclen el divino énfasis de los hombres

en esa época las orillas fascinantes del Dordogne

siguieron durante horas cuerpos de mujeres desnudas

nosotros insertamos los nuestros entre sueños vacíos

caricias inventadas que conllevarían oleajes

temporadas que protegéis las alegrías de la impostura

los sentidos imaginarios con que se engalanaban nuestras frentes

haced parar el reloj y no se hable más

la eternidad ya hacía raíz en nosotros

y entonces golpeadas por la ira de bronce

las noticias reflejan el fuego en los pechos

al fin en el apogeo alcanzado de la amistad incluida

sonaron las campanas

pero de qué valen estas señales de esperanza solidaria

cuando conocemos el crimen

yo separaba las llamas de la cantidad de tinieblas

para poder vivir mejor su dolor disimulado

las aguas del Dordogne llaman a los enamorados

y deslizan en sus oídos la flor de los aires conocidos

vé allí si te apetece

yo regreso hacia atrás en el polvo de las carreteras

con mi música tímida

encuentro la limosna del sueño limosna para mi fatiga

en cada paso donde la vida pierde un poco de su cara

y más allá de las carreteras me acecha lo desconocido

al ir íbamos cada cual a su soledad

en la mano fraterna el vacío y la noche

pasad pasad bellezas y qué tristeza justificada

os entierre en pleno junio en la fosa de los muertos

vamos vamos golpead más rápido y más intenso

peligro esperado en la orilla del camino

Saint-Christophe-en-Bazelles esos días inhumanos

duraron años el nombre me hace llorar

y me hace esperar me persigue en secreto

Vierzon bajo el fuego se agarraba a las colinas

tronaba toneladas de ecos de tierra sorda

la palabras son en la garganta el inicio de un trueno

obstaculizan el horizonte

niebla extendida sobre los sentidos cotidianos

donde alguna conciencia vela el abandono

la nocturna contusión que vivifica nuestros cuerpos

en nuestras cabeceras crecen las risas de los cuervos

con palabras cubiertas bajo la paja

yace un espantoso sueño

infancia infancia requiero tu socorro

nuestras cabezas zarandeadas de una cuneta a otra

giran parecen unos bidones atados

a la cola de no sabemos qué tiempo monstruoso

corre corre corre corre hasta perder el aliento

asno aturdido en la ratonera de sangre

se precipita cabeza adelante

contra los postes son siglos ciegos

insensibles ante la duda intraducibles en el fuego

el presente es rocoso

pobres sinuosas figuras de arabescos

nos arrastramos por las vides ensangrentadas

crepita sequía sobre el suelo calcinado

el deseo oscuro desgarra las verdades adquiridas

cuando el espacio lleno de fuerzas refrescantes

hace sostener la abundancia en el hueco de la mano

pero para suturar la inverosímil historia de los insultos

no hay tiempo que perder

la carretera se tambalea en el cénit

algarabía sobre el Poniente

los reyes magos están en harapos

su mirada tranquila avanza

va de una cosa a otra

una tempestad en el vaso

no anuncia ningún nacimiento

ladrillos piedras agrietadas

migajas de una esperanza nutricia

rebajas tras inventario

alondra con paso de nieve

apenas se reuniría con ella

y con frecuencia a base de noches

su canto clava unas banderillas

entre los cuernos del alba

árbol de la violencia

clama tras incendio

resurgido de pálidas cenizas

mil años mil años pasaron y era solo una noche

poco más o menos con golpe seguro y profundo

en la carretera se precipita qué sé yo el pasado

la preocupación actual me conduce hacia adelante

vamos siempre más lejos más lejos hacia atrás

a Zúrich en la bruma de la adolescencia

me veo eclosionar en la luz del huevo

oh mis años jóvenes

se desencadena la guerra la carretera viraba en redondo

yo daba vueltas salvaje disco sin canción

a mi alrededor la vida se volvía aleteo

era yo acaso el león enjaulado o gorrión de los bosques

y cuando me empujaba este deseo este coraje

mediante el grito de este día que se une a mi paso

yo descubría el amor

un agudo sentimiento cuyo nombre desconocemos

duplica mi angustia subraya la estela

pregunta ilimitada un aliento insensible

mantiene en la superficie mi ser indómito

las olas tramaban la pérdida del navío

y todo se conjuraba para dejarlo naufragar

mil años mil años pasaron brillo de un día de verano

vírgenes inmoladas en la blancura del mito

acaso hemos disertado sobre la loca sensatez

las armas dedicadas a las vanidades de la duda

voy al encuentro de una inocencia al desnudo

estoy en la encrucijada de mis años confusos

jamás hablaré lo suficiente del tierno poder

el velado sentido de las frases un poco sordas

Paul yo pienso en ti nodriza de las estrellas

mi juventud entonces fluía a fondo perdido

calle de Cherche-Midi y calle Ordener

buscábamos el medio día de repente a las catorce horas

por los grandes bulevares a las salidas de las oficinas

muchachas y muchachos se abrazaban al irse

como bofetadas la belleza me golpeaba en la cara

no sabía donde poner los ojos

por todos los lados afluían muchachas jovencitas

ofreciendo en sus melenas toda la primavera entera

había altas pelirrojas morenas

y todas eran bonitas

las antaño bellas hoy son abuelas

y a través de sus arrugas solo yo sabía

redescubrir la gracia grabada en sus risas

el polvo vibrante de los sueños dormidos

qué diría yo de las noches que bebimos tranquilos

horas muy cortas de siembras enfervorecidas

de repente cosechadas en concéntricas crecidas

París mi hermoso dolor sobre diques con flores

en los cruces de las aguas banderas ondeantes

todos esos catorce de julio con relámpagos agudos

recuerdo en la gris mañana avanzando

lentamente un barco en el puerto de nuestros brazos

besé la vida en las fuentes más seguras

multipliqué fiel mis promesas mantenidas

sabor de los sabios tiempos

me veo en Marsella me veo aquí en Tirol

acaso estoy en Barcelona me baño en Nápoles

en Weimar saludo a la estatua de los dos hermanos

poesía tus remolinos han arrasado los míos

camino sobre huellas resplandecientes

a las puertas del amor donde lleva este camino

cada uno puede entrar allí o regresar de vacío

detenerse riendo en el umbral familiar

pero a nadie se le permite ignorar su claridad

aún no abandoné la senda de la guerra

cuando ya se animaban los caminos afluentes

yo estaba en Collioure inmerso en la constancia

y estoy en Valencia en ruta hacia Madrid

motas de tierra firme los refugiados van deprisa

aunque no retroceden y es lo mismo

sus palabras tiene profundidad de grutas minerales

el sonido de la venganza

el miedo es pudoroso no esconde la cabeza

y las lágrimas de las mujeres tienen motivo para el valor

son luciérnagas en la oscuridad del dolor

en trincheras excavadas en la memoria misma

la arcilla maternal germina un dulce alumbramiento

éste reciente se trata de los hombres

se trata de justicia gigante exaltación

los hombres atenazados por el pánico vértigo

el grano de esos días se formó en mi carne

oh trágicas siembras

oh barricadas fraternales

frente a la noche

mareas ascendentes de la eternidad

a partir de las olas humanas

os encuentro a veces en los puestos de combate

tengo confianza en vosotros

y es una nueva palabra una idea contenida

ilumina mi aliento y honra mi dolor

hacia ti giro mi vista ahogada en el balanceo de la voz

París París pierdo el compás

París clama con la angustia por la infancia abandonada

no es verdad París resiste

a la canalla

canallas os vi en el trabajo

mi cabeza se golpea contra el muro de insulto

cuando sueño allí y la locura humanizada

pude medirla

y llegó la hora de zarandearnos

es hora de dejar caer la fruta podrida

es hora de cosechar lo que nos queda

de quitar los gusanos de ordenar nuestra vida

y el armario de ropa de limpiar la casa

es hora para mi de terminar este poema

en el instante indeciso en que se calla el tiempo acorralado

encendamos las lámparas que nos quedan

prendamos fuego en los frágiles barracones

y aunque el sufrimiento aún no agota nuestros gestos

y nuestro día de mañana no está asegurado

el mar y las rocas con múltiples murmullos

resuenan palabras encantadoras y duras

estoy a la escucha

escucho y vigilo

cada paso cotidiano es una cruenta batalla

y aunque el amor aún se mezcle con la burla

en el reverso de las medallas

nada se ha perdido

abro los ojos

ya se pone el lobo en busca de lo imposible

hace tocar a rebato por las futuras bellezas

en la montaña palpita un fulgor presentido

el despertar el grito al regreso del fuego

gira corre

buenos días mi vida

buenos días buenos días en voz alta

en primera línea de fuego