I

LA EVIDENCIA POÉTICA Y LA POESÍA DEL HOMBRE

Hablar de Éluard es para mí una tarea difícil. Se trata de evocar ante vosotros un pasado de más de treinta años, una vida humana en la que se confunde mi propia vida se confunde en parte por la amistad que nos unía, estos treinta años en el transcurso de los cuales la obra de Éluard se ha desarrollado segun la manera armoniosa y natural de su mismo espíritu.

Grandes desgracias, ciertamente, imprimieron en esta vida su sello doloroso pero, sin embargo, sin sacudidas, su obra creció como un cauce natural, por tomar prestada la expresión que sirvió como título de uno de sus libros.

Relacionado con todos los momentos críticos de nuestro reciente pasado, Paul Éluard, una de las figuras más nobles de la conciencia de nuestro pueblo, ha inscrito con letras de fuego, en la encrucijada de la historia contemporánea, el pensamiento capaz de iluminar nuestra conducta, la que todavía arde impaciente entre nuestros sufrimientos, nuestros amores y nuestras esperanzas.

Cuando el río no conoce, en su origen, el caudal que llevará, nosotros percibimos una voz fina y delicada en los primeros libros de Éluard. Y, ya, su sabor en lo que ella tiene de única de irreemplazable, imprime su movimiento a su pensamiento hecho ritmo, cadencia, inflexión. En 1918, Éluard, en el frente, escribe este poema Por vivir aquí que ya contiene todo lo esencial de su futura evolución poética :

Tu risa es como un remolino de hojas muertas

Arrugando el aire cálido,envolviéndolo,cuando la lluvia llega.

Amargo, extingues cualquier tragedia,

Y tu preocupación de ser un hombre, tu risa la lleva.

Yo querría encarcelarte con tu antigua pena

Desamparada, quien te sostiene también te deja,

Entre los innumerables muros, entre los innumerables cielos

De nuestra razón y de mi tristeza

Allí, encontrarías tantos otros hombres,

Tantas otras vidas y tantas esperanzas

Que estarías obligada a ver

Y a acordarte que supiste mentir ….

Tu risa es como un remolino de hojas muertas.

El viento pasa entre las ramas muertas

Igual que mi pensamiento por los libros,

Y estoy allí, sin voz, sin nada,

Y mi habitación se llena por mi ventana abierta.

En paseos, en reposo, en miradas

Por la sombra o por la luz

Mi vida se va, con la de los demás.

Llega la noche, sin voz, sin nada.

Me quedo allí, buscando un deseo, un placer,

Y, en vano, solo tengo que asombrarme de haber tenido que sufrir

Mi dolor, como un poco de sol en el agua fría.

Es fácil señalar en este poema una tendencia hacia la simplicidad en el lenguaje : ninguna quimera se mezcla en sus imágenes y en ningún momento se deja arrastrar por la pasión verbal fuera de los límites que se ha asignado a través de su propia experiencia. Podríamos ver en esto una reacción contra el romanticismo de los sentimientos, la retórica declamatoria y también contra el romanticismo simbolista cuya retórica se refugia en el mundo de los misterios si no en el de la mística. Éluard es es ya en este momento el poetarealista en el calificativo que podemos dar a Baudelaire, cuando, al mundo quimérico de las aspiraciones humanas, el enfrenta el sentimiento vivido de un mundo real, de un mundo observado, tangible, contemporáneo, y no de un mundo concebido en su totalidad metafísica.

Los poetas que ejercieron un cierto atractivo sobre Éluard, en ese momento, fueron los unanimistas y más concretamente, lo digo porque me hablaba de ello frecuentemente, Chennevière y Vildrac. Pero el fondo ideológico de esa poesía unanimista no juega ningún papel en la poética de Eluard. Dejando de lado la exaltación de las muchedumbres – como apreciamos en un Jules Romains, por ejemplo- Éluard está completa y especialmente abducido por la simplicidad del lenguaje, expresión del realismo que destila de esta poesía. Y sin embargo, no podemos decir que en su época mas reciente, cuando Éluard pasa del horizonte individual al horizonte de todos, de su amor al amor por la humanidad no haya existido allí el lejano eco de ese unanimismo que atribuía a las gentes facultades individuales y al individuo cualidades comunes a todos los hombres.

El momento más brillante del unanimismo se sitúa en 1906, durante la exigua existencia de la Abadía, esa experiencia falansteriana que fue también una sorprendente aventura espiritual. Y no podemos olvidar que en la misma época tuvo lugar el movimiento pictórico del Fauvismode Matisse, Derain, Braque, Vlaminck, Van Dogen, Dufy. Estos dos movimientos, en paralelo, tienen muchos rasgos comunes y denotan a la vez en el mundo de los pintores y en el de los poetas análogas preocupaciones, una inquieta interrogación sobre la realidad del mundo moderno en cuanto apariencia y en cuanto a contenido.

La primera década del siglo xx, en esa especie de apogeo de la burguesía, donde el aumento de empresas industriales y comerciales hace evidente el cambio de la vida, hasta en su aspecto cotidiano, y las costumbres, no deja de sublevar a los que no creen en la eternidad de la prosperidad y oyen los lejanos estruendos de la catástrofe. Unas tendencias anarquistas en las doctrinas de esperanza, en la creencia en un porvenir armonioso, más justo, más libre, toda la gama de teorías revolucionarias está en ese momento contenida en estado embrionario en las vanguardias literaria y artística. Hay que recordar, conjuntamente con el fauvismo, la época azul de Picasso -1906- en la que pinta una humanidad lamentable y conmovedora, donde el afecto que experimenta por los pobres, los mendigos, los saltimbanquis, lleva la huella de un infinita simpatía humana.

Así, se dibuja, siguiendo al unanimismo, la tendencia poética que cada vez más se dirige hacia una poesía social, hablo de los poetas agrupados en torna a la revista El Esfuerzo : J.-R.Bloch, Martinet, Jouve de la primera época, Arcos, Spire, etc. Entre ellos se reclutan, durante la guerra de 1914, los poetas que exaltan la fraternidad humana y la paz, y hay que señalar que la poesía de tendencia social, cono la poesía de la resistencia o la poesía de ideas, puede considerar a estos poetas como precursores.

Éluard en Julio de 1918, poeta todavía desconocido, publicó un folleto titulado Los Poemas para la Paz donde, muy influido por la enseñanza de los unanimistas, apunta, en el terreno de la poesía, las mismas consecuencias ideológicas que se impusieron entre un cierto número de poetas de su época.

I

Todas las mujeres están felices

Se han reencontrado con su marido- regresa del sol

Trae tanto calor.

Dice buenos días en voz muy baja y ríe

Antes de abrazarse a su maravilla.

II

Espléndido, el pecho levemente arqueado,

Eres para mí mucho mejor que para el tiempo, santa mujer mía

Cuando con aquel, y aquel, y aquel, y aquel y aquel,

Sostenía un fusil, una cantimplora- ¡nuestra vida!

III

Todos los camaradas del mundo,

¡Oh amigos míos!

No son en mi mesa redonda dignos

De mi mujer y mis hijos sentados,

¡Oh amigos míos!

IV

Tras el combate entre el gentío,

Te dormías entre el gentío,

Ahora sólo tendrás cercano a ti un aliento

Y tu mujer compartiendo tu lecho

Te excitará mucho más que otras mil bocas.

V

Es caprichoso mi hijo-

Consigue todos sus caprichos

Tengo un hermoso hijo presumido

Que me hace reír y reír.

VI

Trabajo

Trabajo con mis diez dedos y trabajo con mi cabeza,

Trabajo de Dios, trabajo de bestia,

Mi vida y nuestra esperanza cotidiana,

El alimento y nuestro amor.

Trabajo.

VII

Mi hermosa, necesitamos ver florecer

La blanca rosa de tu leche.

Mi hermosa, es preciso ser madre con rapidez,

Con mi cara dame un bebé …

VIII

Tuve mucho tiempo un rostro inútil,

Pero ahora

Tengo un rostro para ser amado,

Tengo un rostro para ser feliz.

IX

Necesito una enamorada,

Un virgen enamorada,

Un virgen con ropa ligera.

X

Sueño con todas las hermosas

Que se pasean por la noche,

Muy despacito,

Con la luna viajera.

XI

Toda la flor de los frutos ilumina mi jardín,

Los árboles de la belleza y los árboles frutales.

Y trabajo y estoy sólo en mi jardín.

Y en fuego melancólico sobre mis manos el Sol arde.

La paz, para Éluard en esta época, es más que la paz restituida, una paz unida a sensaciones que todavía le son personales y a través de este deseo, sin nombrarlo explícitamente, se escucha el horror que le inspira la guerra. En un momento en que el griterío patriotero ensordece el mundo mediante hipócritas boberías, la voz pura y delicada de Éluard tiene el sonido mismo sonido de la honestidad.

Y un año antes en 1917, con apenas 21 años cumplidos, Éluard publicó, impresos 200 ejemplares, su primera obra El Deber y La Zozobra. Estos poemas escritos en el frente testimonian que la constancia de su tono es idéntica a la de sus preocupaciones. La expresión franca y directa de sensaciones, más que de sentimientos, otorga a estos poemas una ecoa que repercute con un alcance renovado, hasta en sus últimas obras.

Por ejemplo Fiel, primer poema del Deber y La Zozobra :

Viviendo en un pueblo tranquilo

Donde comienza el penoso y largo camino

Por un lugar de sangre y lágrimas

Somos puros.

Las noches son cálidas y serenas

Y conservamos para los enamorados

Esta preciosa fidelidad

Entre todas : la esperanza de vivir.

La poesía de Éluard es una voz en sí misma, reconocible entre todas.

Los que le conocieron muy joven saben que, desde sus inicios hasta el final, se encuentra la mismatonalidad en el discurso de su poesía y es la que enlaza, como un invisible hilo conductor, los diversos períodos de su obra que aparecen dotados de una indiscutible unidad. Podemos escuchar un sonido de voz sensiblemente que, de estos versos escritos en 1917 :

Trabaja completamente

Cava fosas

Para unos esqueletos de nada en absoluto

llega a aquellos compuestos en 1942 :

París tiene frío París tiene hambre

París ya no come castañas por la calle.

Esta concisa concepción de la imagen que ya no es una yuxtaposición, sino un movimiento, tiene su origen en la predilección de Éluard por el proverbio y las locuciones populares. ¿No había escrito Baudelaire en sus Cohetes, esta memorable frase : “Inmensa profundidad del pensamiento en la elocución vulgar, agujeros excavados por generaciones de hormigas”?

En plena efervescencia Dada en 1919, Éluard entró en contacto con el grupo de “Litterature”, Aragon, Breton, Soupault y conmigo mismo. A pesar de su entusiasta adhesión, el espíritu dada es una novedad para Éluard y en el marco de sus propias preocupaciones adopta su linea general. En el terreno poético, Dada había tomado una posición extremista, conforme a sus tendencias destructoras, ocupándose del problema central, el del lenguaje. Podemos, en la distancia, ver más claramente en qué consistía el rechazo de Dada a considerar el lenguaje como una institución inmutable. ¿Acaso no era el vehículo indispensable para la consagración de las nociones de familia, patria, lógica, arte, y tantos valores vacíos de su contenido humano por una burguesía envejecida, enganchada a sus contradicciones y ocupada en salvaguardar sus privilegios, ejerciendo su poder mediante la insensibilidad y la crueldad? Sería simplificar demasiado querer creer que la ambición renovadora de Dada concerniría solamente al remozamiento del sentido de las palabras. De hecho, Dada no explicaba, le repugnaba la lógica. Dada era arbitrario y se declaraba a favor de la espontaneidad y el humor del momento. Demostraba en la práctica, a la manera heráclita, el objeto y sujeto de la demostración se confundían en un único movimiento. Siendo Si igual a No, se trataba de reubicar la vida en su lugar primordial, por encima de cualquier otro pormenor. La preponderancia del hombre real y, que vive sobre cualquier otra creación del hombre, civilización y técnica, era el principio del cual Dada no transigía.

Es necesario tener presente en el espíritu este estado de cosas para comprender de qué manera abordó Éluard la cuestión del lenguaje. Las preocupaciones de Éluard van en el sentido que éste tenía de mas fluido e imperceptible, cada vez más profundamente humano. No tienen nada de sistemático.

Revista Proverbio

En una carta del 19 de diciembre de 1919, en la que me anunciaba la aparición de su revista Proverbio, Éluard escribía : “Va a tratarse, hasta nueva orden, de demostrar que la lengua francesa ( y la expresión del pensamiento naturalmente ) ya no es un instrumento literario”. Y el 3 de Enero de 1920 “ ….humillaremos la palabra de la mejor manera”.

El primer número de Proverbio lleva en exergo estos versos de Apollinaire :

Oh bocas el hombre está a la búsqueda de un nuevo lenguaje

En el que ningún gramático de ninguna lengua tendrá nada que decir

Una frase sin firmar, pero que es de Éluard, dice . “El lenguaje no esestrecho reducido, ni lo que el perro necesita”. ¿No significa esto bastante claramente que el lenguaje no es lo que se profiere, un medio de comunicación, sino una parte integrante del hombre? Si el lenguaje vive, si cambia, si modela sus nuevas ideas, es a la vez la expresión individualizada del hombre que vive entre los hombres.

Apollinaire, Max Jacob, Cendrars, Reverdy, eran ya conscientes de esta vida propia del lenguaje y su poesía hace uso de expresiones proverbiales, de los procesos populares de formación de frases y del lenguaje hablado. Pero Proverbio va aún más lejos. El humor que emplea es un arma nueva, un humor despojado de sus características cómicas, un humor filosófico, podríamos decir, un humor de lo insólito al margen de la banalidad. Así esas Palabras muertas al oído “Sus grandes pies calzados de luz dan la vuelta a la tierra”

Podría citar aquí una gran cantidad de ejemplos que van de los lugares comunes al absurdo rebuscado, donde el sentido de las palabras es desviado de su contexto habitual cuando no sustituido por otro y simplemente aniquilado : “la divisa de los dadaistas es desde entonces llegaré más lejos que los que van más deprisa”.

Otro aspecto, supervivencia del dandismo de Baudelaire que, de una especie de elegante pose llegó a una actitud mental que molestó mucho a sus exégetas, caracterizó muy claramente a Dada. Esa especie de cinismo cuyo único valor es porque se sitúa en un ambiente de extrema sensibilidad que también es una forma de humor, hace escribir a Éluard esta frase : “Sin embargo nunca encontré lo que escribo en lo que amo”. Éluard cuya particularidad era, muy especialmente, no hablar en sus poemas mas que de aquello que amaba, dice lo contrario por una especie de escrupuloso impulso a la negación de su propio pensamiento. ¿Acaso los Dada no se consagraban a la poesía, declarando que querían destruirla completamente?

Podemos deducir, de estas experiencias verbales, la voluntad de dotar de una estructura poética al lenguaje mismo. El lugar común, la locución, las expresiones hechas, ¿no representan, para todo el mundo, gestos familiares de la comunicación entre las gentes? La idea de Éluard, desde entonces, es la de crear una poesía comunicable, una poesía que a su vez pueda convertirse en lugar común. Esta manera de escribir basada en el habla popular, en forma de dicho o de refrán es una de las características del verso de Éluard. A lo largo de toda su obra, encontraremos fórmulas proverbiales que confieren al tono de su poesía esa unidad de la evidencia que es la afirmación de su amor amplificado hasta el amor por todos :

Los hombres están hechos para escucharse

Para comprenderse para amarse

Es lógico considerar el interés de Éluard por esta creación viva y en movimiento del pueblo, el lenguaje, en lo que representa de específico en el plano poético e inventivo, como una tendencia que, creciente, ira a reunirse con el movimiento de las masas en lucha por el respeto a sus derechos. Nacido de una profunda simpatía humana, el pensamiento de Éluard alcanzó el nivel ideológico en el que las reivindicaciones del proletariado aparecen como exigencia esencial de la humanidad en evolución. Así el terreno afectivo y y el de su pensamiento se solapan y se determinan mutuamente; se confunden en un único aliento que es el de su poesía.

La universalidad de la poesía está basada en el hecho de que lo que es particular al poetaresponde a lo que es evidente en cada individuo. Su significado cambia con lo que ella aporta de novedad. Es imposible definir la poesía, porque está en continuo movimiento como la misma historia.

Sin embargo Éluard persiguió su propio camino y aunque su obra de entonces consta como uno de los más hermosos ramilletes del Surrealismo, es más fácil reconocer en ella la evolución de su idea poética que los temas entonces en boga entre los Surrealistas.

La participación de Éluard en la Revolución Surrealista es de tipo poético. Aún no presta su entera atención a la agitación mantenida en la revista de carácter polémico, agitación que se nutre de una especie de ideología anarquizante. Participa en la publicación de los sueños o textos surrealistas que los Surrealistas preconizan como un medio de explorar los mecanismos del pensamiento, el de la asociación de ideas y el de la formación de imágenes.

Apenas había publicadoMorir por no morir, en 1924, ese libro de amor, testimonio humano de alto vuelo, cuando Éluard se embarca hacia Marsella para un largo viaje alrededor del mundo, viaje que realizó como un sonámbulo, porque ya nunca volvió a hablar de ély lo que pudo ver no dejó huella sobre su obra.

Éluard pensaba en ese momento desaparecer de la escena literaria. En una entrevista concedida a Roger-Vitrac ¿acaso no decía que no escribiría nunca más? Y esto da la medida exacta de su desilusión, los acontecimientos personales habían primado sobre sus especulaciones intelectuales.

De un extremo al otro de la obra de Éluard, no como un tema, sino como la base misma de su espíritu, el amor invade todas las cosas y suena infinitamente presente en cada verso y en cada imagen. El amor completo : carnal y físico, tan vivo en la plantas y en la naturaleza como en la mujer amada, ternura por principio para las cosas y los animales, concretándose después hasta la identificación con la poesía que, para Éluard, es la vida misma.

El amor la poesía es el título de uno de los más hermosos libros de poemas que cristaliza esta tendencia. Y este amor que, como el de Nerval y Germaine Nouveau, encuentra, en cada mujer amada, a todos las mujeres, se convierte en Éluard, pasando por el tamiz de la naturaleza, en el amor a toda la humanidad, una cálida pasión por el porvenir del hombre. En este sentido El Amor la poesía hubiera podido, en la segunda época de su vida, titularse El Hombre la poesía.

Para ilustrar esta travesía, esta continua transferencia de amor, he aquí un poema de 1923, La Enamorada :

Ella está en pie encima de mis párpados

Y sus cabellos enredados con los míos,

Ella tiene la forma de mis manos,

Ella tiene el color de mis ojos,

Ella se disipa en mi sombra

Como una piedra en el cielo.

Ella siempre tiene abiertos los ojos

Y no me deja dormir.

Sus sueños a plena luz

Hacen evaporarse a los soles,

Me hacen reír, llorar y reír,

Hablar sin tener nada que decir.

Este poema está extraído de Capital del dolor. Y ahora, de 1928, Te lo dije, poema extraído de El amor la poesía, seguido de Sin

Rencor :

Te lo dije por las nubes

Te lo dije por el árbol del mar

Por cada ola por los pájaros entre las hojas

Por los guijarros del ruido

Por las manos familiares

Por la mirada que se convierte en rostro o paisaje

Y el sueño le refleja el cielo de su color

Por la noche entera bebiendo

Por la valla de las carreteras

Por la ventana abierta por una frente descubierta

Te lo dije por tus ideas por tus palabras

Cualquier caricia toda confianza se perpetúan.

Lágrimas de los ojos, desgracias de los desgraciados,

Desgracias sin interés y lágrimas incoloras,

El no exige nada, no es insensible,

Está triste preso y triste libre.

Hace un tiempo triste, hace una negra noche

Como para no sacar a un ciego. Los poderosos

Permanecen asentados, los débiles sostienen al poder

Y el rey de pie cerca de la reina sentada.

Sonrisas y suspiros, se pudren unas injurias

En la boca de los mudos y en las miradas de los cobardes.

¡No cojáis nada : esto arde, aquello quema!

Vuestras manos son para vuestros bolsillos y vuestras frentes.

*

Una sombra …

Todo el infortunio del mundo

Y mi amor encima

Como un animal desnudo.

Una confianza cálida, amistosa, ferviente, una confianza en el hombre y en la mujer subraya estos versos, es la trama a través de la cual vibra una voz siempre presente, y hablo de esta presencia, de esta disponibilidad del espíritu que en cada instante de la vida multiplica la vida, porque del momento construye tiempos poderosos, extrae de ella todo su sabor y con ella se identifica : Éluard por el camino que le es exclusivo, aunque poco se preocupe de aportar un ilustración a unas teorías, impone a los Surrealistas esa preocupación por el amor que se convierte en tema surrealista. Evidentemente, las teorías de los sueños tuvieron una innegable influencia sobre él. Su parte de colaboración con Breton en La Inmaculada Concepción es enorme. Se trataba entonces, por una especie de simulación, de demostrar una cierta identidad entre el funcionamiento mental del poeta y del alienado. Dar libre curso a la imaginación fue la importante experiencia y no hay dudaa de que la liberación de las palabras de su ganga tradicional desempeñó un papel de primer orden en la concepción de la poesía de hoy. Para Éluard la experiencia tuvo un sentido más profundo. El vocabulario restringido que usaba hasta entonces exigía en contrapartida el análisis profundo de las palabras, su voluntad de otorgar a las palabras más comunes un significado vivido, considerarlas como cosas existentes y no como signos intermediarios entre los hombres y el pensamiento. En 1938 Éluard publica una obra titulada : Algunas palabras que hasta ahora me estaban misteriosamente prohibidas. Tras haber citado las palabras que se prohibía utilizar, he aquí el final de este poema :

Cuánto queda de estas palabras

Que no me llevaban a nada

Palabras maravillosas como las demás

Oh mi imperio de hombre

Palabras que escribo aquí contra cualquier evidencia

con la gran preocupación de decir todo.

Decir todo, el término se repite con frecuencia en Éluard y desde 1938, la liberación de las palabras le arrastra a la liberación de las prohibiciones relacionándose con una especie de mitología de la pureza poética que excluía la expresión versificada del pensamiento revolucionario.

Ya en 1932, para dar a conocer que el pensamiento revolucionario cuenta mucho más que el placer estético que se experimenta con la lectura de sus poemas, Éluard termina su libro La Vida Inmediata con esta Crítica de la poesía donde reafirmó el predominio de la acción sobre el sueño :

Es conocido yo odio el reino de los burgueses

El reino de los polis y de los curas

Pero odio mucho más al hombre que no los odia

Como yo

Con todas sus fuerzas

Escupo en la cara del hombre mínimo de la especie

Que a todos mis poemas no prefiere esta Crítica de la poesía.

De 1936 y 1937 datan, publicados en Cauce natural, los dos poemas de Éluard sobre España en guerra que marcan un giro decisivo en su obra. Sabemos que el Surrealismo, aunque puso en primer plano de sus preocupaciones el conocimiento del hombre, no dudó en tomar postura en la acción militante. Su primera intervención en el terreno político data de la guerra de Marruecos que los Surrealistas desaprobaron violentamente. Fue un escándalo en la época. Jamás los intelectuales se habían ocupado de estas cuestiones mas que en términos generales. A partir de 1930, el órgano de los surrealistas, La Revolución Surrealista se convierte en El Surrealismo al Servicio de la Revolución. La revolución ya no es un término vago; se trata lisa y llanamente de la revolución proletaria, la mayor parte de los Surrealistas se adhieren a la A. E. A. R. de Vaillant- Couturier. En 1932 Aragon, Sadoul y Unik rompen con los surrealistas para consagrar su actividad a la Casa de la Cultura.

El Comité de vigilancia antifascista se creó en 1934 por el porfesor Rivet. La guerra de España revolucionó la consciencia de los que ven en la injusticia social la causa del destino cruel de millones de seres humanos.

Noviembre 1936 es el título del poema de Éluard que vais a escuchar y al que seguirá La Victoria de Guernica, uno de sus poemas más conocidos, de los más emocionantes y significativos :

Mirad trabajar a los constructores de ruinas

Son ricos pacientes ordenados negros y animales

Y hacen lo mejor para quedarse solos en la tierra

Apenas son hombres y lo llenan de porquerías

Abaten a ras de suelo palacios sin cabeza.

*

Nos acostumbramos a todo

Excepto a estos pájaros de plomo

Excepto a su odio por lo que brilla

Excepto a su ceder el sitio.

*

Hablad del cielo el cielo se vacía

Poco nos importa el otoño

Nuestros dueños marcaron el ritmo con el pie

Hemos olvidado el otoño

Y olvidaremos a nuestros dueños.

*

Ciudad en resaca de una gota de agua salvada

De un diamante único cultivado a plena luz del día

Madrid ciudad común de los que han sufrido

Esta herencia espantosa que niega servir de ejemplo

Que han sufrido

De la miseria indispensable para el resplandor de esta herencia.

*

Tal la boca asciende hacia su verdad

Sopla rara sonrisa como una cadena rota

Que el hombre liberado de su absurdo pasado

Alza ante su hermano un rostro semejante

Y dota a la razón de unas alas vagabundas.

La Victoria de Guernica

I

Hermoso mundo de las cabañas

De la mina y de los campos

II

Rostros buenos al fuego rostros buenos al frío

A los rechazos a la noche a las injurias a los golpes

I I I

Rostros buenos para todo

He aquí el vacío que os fija

Vuestra muerte va a servir de ejemplo

I V

La muerte corazón del revés

V

Ellos os han hecho pagar el pan

El cielo la tierra el agua el sueño

Y la miseria

De vuestra vida

V I

Ellos decía desear la buena inteligencia

Ellos racionaban a los poderosos juzgaban a los locos

Daban limosna compartían una moneda para dos

Ellos saludaban a los cadáveres

Ellos se excedían en cortesías

V I I

Ellos perseveran ellos exageran ellos no son de nuestro mundo

V I I I

Las mujeres los niños tienen el mismo tesoro

De hojas verdes de primavera y de pura leche

Y de tiempo

En sus puros ojos

I X

Las mujeres los niños tienen el mismo tesoro

En la mirada

Los hombres lo defienden como pueden

X

Las mujeres los niños tienen las mismas rosas rojas

En la mirada

Cada uno muestra su sangre

X I

El miedo y el valor de vivir y de morir

La muerte tan difícil y tan fácil

X I I

Hombres para quienes este tesoro fue cantado

Hombres para quienes este tesoro fue arruinado

X I I I

Hombres reales para quienes la desesperanza

Alimenta el fuego voraz de la esperanza

Abramos juntos el último brote del porvenir

X I V

Parias la muerte la tierra el horror

De nuestros enemigos tienen el color

Monótono de nuestra noche

Por ello tenemos razón.

Estos poemas nos acercan a la guerra de 1939, poemas de la Resistencia y de la ulterior actividad de Éluard.

Ya, en Canción completa aparecida en 1939, se manifiesta la preocupación militante de Éluard que ira creciendo hasta poner al servicio integral del hombre todos los recursos de su espíritu.

El Libro abierto, escrito durante la guerra, hace presentir la poesía de la Resistencia.

Como un gran resplandor en la historia de la poesía francesa aparece en 1942 Poesía y verdad que cristaliza la voluntad de Resistencia de millones de Franceses. Durante la tragedia de la ocupación nazi Francia conoció a la voz alta y clara de Paul Éluard dar una forma a las aspiraciones de todo un pueblo. Estos poemas, con los de Aragon, fueron hasta tal punto populares, que se pudo hablar de una renovación de la poesía. La poesía convertida en acción. No os haré el escarnio de leeros Libertad, ese poema que todo el mundo conoce y que la aviación inglesa bombardeaba como una lluvia refrescante sobre la Francia de luto :

“En mis cuadernos de colegio

escribo tu nombre”.

¿Qué queda del poeta sumergido en la oscuridad del sueño? Todo se ilumina como Éluard, sus poemas antiguos toman un aspecto que hace prever el estallido humano de su poesía ulterior y, a partir de ahí, nada de lo que aflige a la humanidad, sus miserias e injusticias, sus andaduras y sus sueños, permanecerán extraños a Éluard.

El acento de esta voz amplia y familiar llega a ser todavía más punzante en A la cita alemán que apareció en 1944. Nunca se insistirá lo suficiente sobre este período de Éluard. Todo lo contenido en su poesía precedente toma forma, como si la luz misma se hubiera solidificado y, a través de la unidad de su canto, se oye la serena continuidad de una fuente límpida. Esta toma de conciencia poética provocada por la Resistencia coincidió en Éluard con una toma de conciencia política. Su consagración a la causa del proletariado fue, desde ese momento, total, sin restricción alguna.

En Noviembre de 1946, Nusch, su esposa desde hace 17 años, murió de repente. La que fue su sostén durante los años difíciles, la mujer amada, amor sobre el que construyó un edificio admirable dedicado al amor a la humanidad, ya no está. Bajo este doloroso golpe Éluard está a punto de abandonarlo todo. Sus amigos temen lo peor, incluso por su propia vida. ¿Tanta fidelidad a una gran causa estaría a merced de una desgracia personal?

Bajo el seudónimo de Didier Desroches, Éluard publica en 1947 El Tiempo desborda del que extraigo este poema En virtud del Amor

He solventado la habitación donde duermo, donde sueño,

Solventado la campiña y la ciudad que cruzo,

Donde sueño despierto, donde el sol se alza,

Donde la luz se acumula en mis ojos ausentes.

Mundo de breve dicha, sin superficie ni profundidad,

De olvidados encantos apenas reconocidos,

Nacimiento y muerte mezclan su contagio

Confundidos en los pliegues del cielo y de la tierra.

No he separado nada pero he doblado mi corazón.

Por amar he creado todo, real e imaginario

He otorgado su razón, su forma, su color

Y su papel inmortal a la que me ilumina

27 noviembre 1946

veintiocho de noviembre de mil novecientos cuarenta y seis

Ya no envejeceremos juntos

Este día

Sobra : el tiempo desborda

Mi amor tan liviano pesa como un tormento.

Poco a apoco se produce una especie de milagro. Éluard recupera la confianza en la vida, pero la vida significa desde entonces, para él, una incursión más profunda en la materia misma de esa vida, la lucha en el campo inmediato, el de la circunstancia del momento, la lucha contra la injusticia, la guerra, la miseria, la ignominia y la mendacidad. Los Poemas políticos aparecen en 1948, constituyen el desenlace del drama terrible que sufrió hasta el límite de las posibilidades humanas. Aragon que prologó

este libro escribió : “el mundo ha cambiado tanto que la poesía ya no se limita a negar el hecho, lo secunda. Porque hemos pasado la época de la divina utopía al de la eficacia humana.”

Como muestra uno de sus poemas : Hermanas de esperanza:

Hermanas de esperanza oh mujeres valientes

Pactasteis contra la muerte

Al añadirle las virtudes del amor

Oh mis hermanas supervivientes

Os jugáis la vida

Para que la vida triunfe

Se aproxima el día de gloria oh mis hermanas

En el que nos reiremos de las palabras guerra y miseria

Nada se parecerá a lo que fue dolor

Cada rostro tendrá derecho a las caricias.

Éluard que había escrito encabezando su libro “Desde el horizonte de un hombre al horizonte de todos” entendió que el drama personal que él vivió sirve de lección moral a todos. Y de ahí el título de su libro aparecido en 1949.

El aliento de Lautréamont cruza estas páginas. “El mal debe ser cambiado por el bien -escribe Éluard- y por todos los medios para no perderlo todo. Contra toda moral resignada, disiparemos el dolor y el error. Porque tuvimos confianza. Aunque sólo hubiese tenido, en toda mi vida, un solo momento de esperanza, hubiera librado esta batalla. Incluso si debo perderla, porque otros la ganarán. Todos los demás.”

Tras haber estado en Grecia y haber visto con sus propios ojos la lucha de los patriotas en las montañas, estos hermanos de combate de los de la España republicana y de los F.F.I. franceses, Éluard publica una plaquette : “Grecia mi rosa de razón” que fue recogida en Una lección de moral. Escuchad La tarde declina :

No hay puerta misteriosa

Por la que pasar de la naturaleza al hombre

No hay árbol donde palpiten hojas

Sin evocar un corazón que se constituye

Que se deshace para renacer en primavera

*

Diariamente el hombre cambia de sangre

Noche oscura espera el esplendor del sueño

El poder maternal acrecienta desgracia

Mucho más sutil que lo que se le enfrenta

Diariamente desgracia coge sitio al alba.

Y una vez más, una nueva síntesis se forma en el espíritu de Éluard. A partir de los poemas de circunstancias, pasa a componer poemas de la circunstancia, siendo lo universal cada vez extraído de la raíz de lo particular, tal como lo individual fertiliza la generalidad de la especie humana mediante la generosidad que es germen de poesía. De esta manera es necesario comprender Poder decir todo del que vais a oír un poema corto : Buena justicia :

Es la ardiente ley de los hombres

De la uva hacen vino

Del carbón hacen fuego

De los coitos hacen hombres

Es la cruel ley de los hombres

Mantenerse impávido a pesar

De las guerras y la miseria

A pesar de los peligros de muerte

Es la dulce ley de los hombres

Convertir el agua en luz

El sueño en realidad

Y los enemigos en hermanos

Una ley antigua y nueva

Que perfeccionándose llega

Desde el fondo del corazón infantil

Hasta la razón suprema.

Es lo propio de la poesía que cuando estamos en presencia de un gran poeta, el sentido mismo que otorgamos a la palabra poesía cambia, se transforma, es superado. ¿Y qué sabemos nosotros de poesía? Ninguna definición ha sabido aún despejar el tema. Un medio de expresión, evidentemente. Una actividad del espíritu, por supuesto. Pero en tanto que fenómeno, la poesía, como la vida misma, escapa a cualquier definición. Podemos quizás acercarnos a su significado a través de aproximaciones, a través de incidencias, de relaciones o de alusiones. Pero su esencia se nos resbala entre los dedos, como el fuego y como el agua, cada vez que queremos atraparlos. Si sólo fuese un medio de conocimiento ¿cómo explicar la inmensa satisfacción que nos provoca, el sentido de la belleza, de lo ya visto, que despierta en nosotros? Como la poesía intenta aprehender la realidad del mundo, y ya hemos llegado a considerarla a ella misma como una realidad conforme con otras realidades del espíritu. Y sin embargo sabemos lo que es la poesía por el sentimiento particular que evoca en nosotros, por eso la poesía es una evidencia.

La universalidad de la poesía consiste en esa constatación de que su significación cambia con lo que aporta de nuevo. Esta universalidad está inscrita en el hecho de que lo que es particular al poeta responde a lo que es evidente en cada individuo.

Paul Éluard fue uno de esos grandes poetas universales, entre los más grandes de la lengua francesa. Su poesía superó el estado de la creación individual para insertarse en las corrientes del pensamiento y de la sensibilidad humanas. Ella no se refiere solamente al sentimiento personal de Éluard, resume el sentimiento global de una gran cantidad de hombres, da voz a aspiraciones reales, resuena en el corazón de las gentes como un eco con su propia música que hasta él estaba desprovista de palabras.

Nadie podría expresar mejor este pensamiento que el último libro aparecido en vida, el Fénix, este libro dedicado a su mujer Dominique, la que le hizo resucitar de las cenizas del dolor, Éluard dice . “El Fénix es la pareja Adán y Eva que es y no es la primera”. Este gran libro nos lega un último mensaje de bondad, de poesía, de fe. Y con el poema “La muerte, el amor, la vida” terminaremos la lectura de poemas de Éluard. :

Creí poder romper la profundidad la inmensidad

Por mi dolor completamente despojado sin contacto ni eco

Me estiré en mi cárcel de puertas vírgenes

Como un muerto responsable que supo morir

Un muerto sólo coronado por su nada

Me estiré sobre olas absurdas

Del veneno absorbido por amor a la ceniza

La soledad me pareció más viva que la sangre

Quería separar la vida

Quería compartir muerte con muerte

Arrojar mi corazón al vacío y el vacío a la vida

Borrar todo que no hubiera nada ni cristal ni vaho

Ni nada delante ni nada detrás nada de nada

Había acabado la invernal osamenta

De la promesa anulada de vivir.

Llegaste tú entonces el fuego se avivó

Desapareció la sombra el frío de aquí abajo se estrelló

Y la tierra se recubrió

De tu carne luminosa y me sentí liviano

Llegaste tú la soledad estaba derrotada

Yo tenía un guía en el mundo sabía

Dirigirme me conocía desmesurado

Avanzaba conquistaba espacio y tiempo.

Iba hacia ti iba sin fin hacia la luz

La vida tenía cuerpo la esperanza henchía su vela

El dormir destilaba sueños y la noche

Prometía a la aurora miradas confiadas

Los rayos de tus brazos disipaban la bruma

Tu boca húmeda por los primeros rocíos

Aturdido reposo sustituía a la fatiga

Y adoraba el amor como en mis primeros días.

Se trabajan los campos las fábricas brillan

Y el trigo anida en una enorme marejada

Numerosos testimonios de la mies y la vendimia

Nada es simple ni distinto

El mar reside en los ojos del cielo o de la noche

El bosque da seguridad a los árboles

Las paredes de las casas tienen una misma piel

Y los caminos se cruzan siempre

Los hombres están hechos para escucharse

Para comprenderse para amarse

Tienen hijos que serán padres de hombres

Tienen hijos sin hogar ni lugar

Que reinventarán a los hombres

Y a la naturaleza y a su patria

La de todos los hombres

La de todas las épocas.

Fue un terrible golpe para todos los que le amaban, cuando en esa atroz mañana de noviembre, nos enteramos de la muerte de Éluard. El ver tumbado, sin aliento, al que tanto había amado la vida y que a menudo nos apremiaba a amarla, nos parecía una injusticia, un mal irremediable. Es una gran pérdida, un vacío ha dejado tras él, pero su obra está ahí, siempre viva, más que nunca y ya crece y se convierte en más explícita, más cercana a nuestras propias vidas.

Tal fue el destino del gran poeta, cuya vida esta inscrita en su poesía, igual que la poesía fue el nutriente de su vida, De la fluidez de sus primeros poemas, conservamos su clara transparencia, supo elevar su sentimiento por encima de las contingencias personales para alcanzar las cumbres donde resuenan las voluntades de luz y justicia de una humanidad que resurge de un mundo desamparado. “Poeta es más el que inspira que el inspirado”, escribió en Dar a ver, en 1939. La vida y la poesía de Éluard permanecen para inspirarnos sentimientos de grandeza y pureza, no cesan de abrir los ojos a los que aún conservan una sensibilidad natural, accesible a las alegrías de la belleza y de la eterna sed de vivir. Y si, al principio, la voz de Éluard solo pudo ser percibida por un exigüo número de amigos, ha ido amplificándose y ha penetrado en el corazón de muchos hombres y mujeres, aportando, con el aliento purificador, una esperanza para cada uno, un consejo fraternal, un nuevo fervor.

Picasso en el entierro de Éluard

I I

LAS IMÁGENES FRATERNALES

Cualquier paso de una palabra a otra, en el encadenamiento de una frase requiere una cierta imaginación. Pero, aunque este tipo de imaginación parece clasificada, estereotipada y suprimida en el automatismo de la retórica, existe una imaginación poética que, acercando objetos completamente alejados unos de otros, intenta hacer familiares, necesarias y, de alguna manera, comprendidas, las relaciones que el poeta establece entre sus diferentes naturalezas. Todo es imagen y representación cuando se trata de la expresión, pero cuando la expresión en estado naciente, prendida en el secreto de su gestación, está impresa del aliento por así decirlo, aún húmedo, de la creación, la presencia de la poesía, bajo el aspecto de su calor vivido, no falla al insertarse en el mundo de las evidencias sensibles.

Ninguna otra expresión del pensamiento podría prevalecer sobre esta plenitud cualitativa, profundamente humana y, por ello, específicamente irreductible.

En esta linde del lenguaje, donde su objeto, la comunicación del pensamiento, y su sujeto, el hombre en su totalidad expresiva, se confunden y determinan recíprocamente, debe situarse el territorio poético de Éluard.

Única y radiante, la poesía de Éluard llega a emocionar. Sus familiares saben que ese don refleja la persona misma de Éluard, hasta el temblor de sus labios o de sus manos, así su poesía traduce fielmente las alegrías y los dolores de este corazón abierto a lo cotidiano maravilloso, a la eterna sed de vivir.

Lo genuino de Éluard es haber conseguido incorporar a su poesía los atributos capaces para trasladarla al lenguaje común. Es una fuente de lenguaje o, más aún, por el impulso de la corriente imaginativa que la arrastra, invención del lenguaje, lenguaje en formación. La intervención en su poesía de algunos procesos propios de la formación de los proverbios, lejos de erigir una técnica o una teoría, aparece como una necesidad interior, sobre todo cuando tiene presente en el espíritu el hecho afectivo que, constantemente, determina la tendencia de la poesía de Éluard a identificarse con el lenguaje corriente. Porque esta tendencia misma deriva de su aspiración ideológica que tiene por objetivo la construcción de un mundo basado en la comunión entre todos y la libertad.

A pesar de la novedad que representa, la poesía de Éluard tiene el sonido de loya escuchado, de loya conocido, poso afectivo de lo humano donde cada individuo tiene la posibilidad de reconocer el eco de su propia voluntad de expresión. La sorpresa de esta poesía no tiene como motivo asombrar ael lector, descansa sobre la capacidad de responder, de cada uno, en la particularidad de su búsqueda. Gracias a la verdad del sentimiento que la anima, la universalidad de la poesía de Éluard puede desarrollarse y amplificarse partiendo de circunstancias temporales. Sus perspectivas se inscriben en un universo que el poeta se forjó a la medida del futuro del hombre tal como, plenamente consciente de sus facultades, él lucha por integrase en un mundo armonioso y conforme a las exigencias del orden natural.

*

Las imágenes en la poesía de Éluard son difícilmente separables del contexto, del poema en sí mismo. No tienen valor intrínseco. Se imponen, en el desarrollo del discurso, por su necesidad delimitada en el conjunto del poema. Estas imágenes no son sino pasos, palabras transitorias que sirven para perfeccionar la imagen más amplia que es el poema en sí mismo. No tienen nada de esplendoroso ni detienen el curso poético, sino que preparan y completan su idea directriz. Porque esta idea es la que prima y no el encanto pasajero de un resplandor repentino, instrumento verbal, si no medio de seducción. Son uno de los elementos de ese tono que, a lo largo de todo el poema, sobresale por su gravedad luminosa y sostenida. Podríamos decir de las imágenes de Éluard que son movimiento, fluidez, continua oscilación. A la simplicidad de los poemas primerizos corresponde igualmente la de las imágenes :

….. habiéndome abandonado el cielo

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Yo era como un barco zozobrando en el agua estancada

(Por vivir aquí)

Toda la primera época de Éluard se caracteriza por una especie de concisión por decirlo asírazonable, madura para desviarse del absurdo barroco, expresamente invocada como uno de los principios de Dada.

Podríamos, a lo largo de la obra de Éluard, seguir la evolución de su poesía tomando como punto de de referencia el desarrollo de la imagen. Esta no tiene nada de discursivo, sin embargo tiende a alcanzar esa indefinible coherencia de lo concreto, que atestigua toda su actividad, y que, mucho más unida a la realidad del lenguaje que a las interpretaciones visuales de la evocación poética, confiere un relieve particularmente impactante al pensamiento de Éluard.

La cadencia de las imágenes en La Enamorada me parece en este aspecto plena de enseñanzas :

Ella esta de pie encima de mis párpados

. . . . . . . .

Ella tiene la forma de mis manos

. . . . . . . . .

Ella tiene el color de mis ojos

………………………………………

Lo insólito de la primera imagen, que de entrada golpea al lector, entra, con el tercer verso citado, en el terreno del lenguaje hablado,familiar. Pero aquí es un lenguaje desbrozado de su ganga costumbrista, podado, revisado y de alguna manera depurado.

Se podrían multiplicar los ejemplos donde las imágenes tienden a resolverse en un especie de nuevo lugar común :

Tus ojos en los que nos dormimos

. . . . . . . . . .

Tus ojos en los que viajo

(Los ojos fértiles)

La muerte corazón del revés

(La Victoria de Guernica)

Y no estoy solo

Mil imágenes mías multiplican la luz

Mil miradas semejantes mimetizan con la carne

(Sin edad)

Leyendo la continuación de este poema, nos daremos cuenta de la dificultad de separar de su ambiente algunas imágenes de Éluard. El sentimiento de fraternidad que Éluard experimenta para con sus prójimos, y también la ternura por las cosas que le rodean, se expresan hasta en la disposición de las imágenes. ¿No se agrupan éstas arracimadas alrededor de una idea que les sirve de base, ayudándose y completándose según sus afinidades?

Si El Blasón de las flores y de los frutos constituye una verdadera imaginería metafórica, en tanto Éluard se complace en desgranar imagen tras imagen, Libertad presenta una serie austera y desnuda de imágenes directas, quiero decir que no sobrepasan el enunciado de los objetos designados. El poder imaginativo de estos versos reside en la precisión de su seriación, se ofrecen a nuestro entendimiento por la vía más fácil, sin mediación ni aproximación. Por su morfología unívoca, parecen todos colocados en un mismo plano, mientras que la repetición insistente de la misma estructura hace elevar el tono concadenadamente a su enumeración. Sin embargo, esta uniformidad se rompe a veces por algunas metáforas como estos versos :

En mis jirones de cielo

En el estanque sol enmohecido

. . . . . . . . . . . . .

En los sudores de la tormenta

. . . . . . . . . . . . .

Sobre mi cama concha vacía

Imágenes que adquieren su completa resonancia en la continuación del poema, ese canto grave en el que palabras y significado concuerdan apasionadamente con el amor por la libertad. Y, a fin de cuentas, es este amor el que determina la ligera corriente en el aliento sostenido del poema mismo.

Libertad inaugura un período en la obra de Éluard en el que la severidad de la imagen, al progresar con rigor, deja un lugar más amplio para la expresión de su pensamiento. A partir de este momento su idea política se incorpora a su poesía, localizada como ella en el origen mismo de su inspiración. Al igual que el dolor, tras la muerte de de Nusch, sólo encuentra su expresión en la desnudez de su sentimiento, recuperada la esperanza, al remontar la pendiente “desde el horizonte de un hombre al horizonte de todos”, se incluye en el pensamiento poético de Éluard como un mundo en el que se sumerge, que le impregna hasta las fibras más secretas y que es igualmente el mundo que estos millones de trabajadores llevan en sus corazones fraternales.

Por un camino que solo la ingenuidad de Éluard pudo descubrir, las imágenes del último período recuperan la simplicidad de las de sus inicios, pero henchida de una nueva savia, la que le suministra el fértil terreno de su fe en el porvenir del hombre.

Dueña de su sueño

. . . -. . . . . . . . .

Dadles nuestro país

. . . . . . . . . . . . . .

Un país loco por la vida

Un país donde canta el vino

Donde las cosechas tienen buen corazón

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Donde los ancianos son más delicados

Que árboles con frutos blancos de flores

. . . . . . . . . . . . . . . .

Santa Alba con bastón blanco

Hazles ver un nuevo camino

Fuera de su prisión de tablas

La sobriedad del poema “A aquella con la que ellos sueñan” aporta la prueba de que mediante la integración de la imagen poética en el poema completo, este adquiere un potencial emotivo de una innegable capacidad de comunicación. A la imagen poética cuya virtud está basada en el poder de sugestión, Éluard opone una expresión directa, inmediata que, desde sus inicios, con su aspiración hacia lo concreto, revistió una forma esencialmente personal. Y todo esto solo adquiere su verdadero significado a partir de la idea que Éluard se hizo de la misión del poeta, misión que supo cumplir con la autoridad de los más grandes y con la conciencia de que la realidad de la vida que él abraza, abierta al porvenir, solo podría realizarse mediante el amor y la fraternidad humanas.