ÍNDICE
Introducción
Columna alerta
Lento alzarse del fuego
Saludar al camino
Una carretera único sol
Avanzando
¿Cómo va todo?
Ronda
Tierra invisible
Temporada a temporada
Lo inútil
Nada de nada
Un atardecer
Arbusto abierto
Saludo
Mal recuerdo
Cada día
Ola
Anécdota
Nana entre dos puertas
Fácil de decir
En una aurora griega
Aceptación de la primavera
INTRODUCCIÓN
Con motivo de una exposición en el Museo de Arte Moderno de París celebrada entre abril y junio de 1977 se dio a conocer un manuscrito de Tzara que con el título de Vivres regaló al matrimonio Delaunay y que contenía una gran parte de los poemas escritos durante la clandestinidad, cuando Tzara, que carecía de la nacionalidad francesa pertenecía a la Resistencia frente a la ocupación alemana. Por encima de todo siempre estuvo su compromiso político, ético y poético que solo son aspectos de su militancia antifascista y de su fe en un hombre nuevo y en un mundo mejor. Fueron por tanto escritos durante su “exilio” en el sur de Francia, Sanary, Saint-Tropez y Soulignac, básicamente. Este conjunto de poemas entraron a formar parte, una vez producida la Liberación de las tres obras que publicó de golpe, en 1946, a saber Entre-temps, Signe de Vie y ésta Terre sur terre.
Sigue Tzara su trayecto solitario y solidario donde amor y amargura, tristeza y esperanza se confunden, formando parte de ese todo que es la vida y la poesía.
COLUMNA ALERTA
rompe sus cadenas la noche
y color de abandono es el espacio
aumentando bajo el ojo barnizado por la lluvia
y tú que juntas días y flores
digo flores oh burla para las malditas estancias temporales
y os oigo gritos desgarradores de los túneles
y lentas asfixias entre los humanos escombros
tu lanzas el látigo de la impasible risa
sobre el rebaño de agonías agarrado al costado de nuestras horas
tu tejes la corona silenciosa
la primavera en plena noche abierta
idea difícil estruendo con espesor de humo
y el encanto que pasa volando como un árbol de estrellas
donde alguna viva presencia muestra su doble cara
una está en invierno como la otra en la felicidad
acaso es preciso que camine entre sus surcos ciegos
por la madura desnudez del mar poderoso
solo cubierto de nieblas entre las canciones de fuego
hasta dónde te seguiré rostro defendido
en la raíz del mundo
LENTO ALZARSE DEL FUEGO
joven surgía la fuerza y joven el dolor
ocultaba su sed madurada en el fuego de las voces ausentes
el agua huía ligera la hierba aflojaba la presión
de su sangre nueva
un caballo se asustaba en la borrachera de yeso
y tú dónde estabas persiguiendo una infancia madreperla
en el origen del desamparo
el techo baja su párpado y el vago pasado de piedra
que se agita en los defectos
el destello de cristal abrió su rosa efímera
la vi un instante abrazar el terrible cielo
un solo chorro tú en medio
apenas una promesa la fuga de una sonrisa
y jugando al ratón y al gato están el amor y la ternura
poned la mesa del regreso
costa a la vista
buenos días el sol en la mano
SALUDAR AL CAMINO
noche de hierro amanecer de hielo
grito rodeado por el fuego del silencio
y tú justo enmedio del fruto abierto del día
qué estás esperando dónde vas raíz perdida
espero la primera espuma y el balido del cordero
la abeja secreta el hacha en el bosque
un paso imperceptible de niebla y de leche
una sierra cavernosa en los confines del verano
solo en el camino el trenza las orillas
unos pensamientos agitados se arrastran lejos tras él
cubren la tierra con pastos engañosos
mordiscos de silencio la acompañan en voz baja
una jauría de perros entre todas las flores
ponen caras sorprendidas por tanto mediodía y apatía
UNA CARRETERA ÚNICO SOL
los cuchillos están de pie
nos falta el aliento
se volvieron a ir los cuervos
canceladas las salidas
el año de piedra se desplomó sobre nosotros
cuánto humo vi desfilar
de primaveras interrumpidas
la cadena de nieblas
rota en la cabaña
y de libertad perdida
camino sobre el musgo
el oído sordo
una noche vino a mí
redonda como una castaña
más allá los silencios
ella hablaba de un hombre
ella imitaba un sueño
arrojaba sol
a los pobres porque somos
más ricos que unas montañas
y seguí la estrella
adiviné la felicidad
palabras en medio de menta
cual es este espacio
que irradia en mi
AVANZANDO
arena de la mirada
tierra blanda
corteza de viaje
cruce de buenas colinas
primera piedra
pulpo encantador
viñas arrancadas
al rebaño de almiares
son engañosas
luego el agua baja crédula
y de noche por todas partes
puertas giratorias
manos secretas
hierba envainada
voz tachada
camino decapitado
casa sepultada
todo para ti ves
ya no ves nada
¿CÓMO VA TODO?
trota trota caballito
el hogar se hunde
los golpes de voz se rompen contra el yunque
el humo os agarra con la boca
hombres o vosotros que habéis creído serlo
pobres trocitos extraviados de madera
las palabras destrozadas
quitadlas matadlas en el mismo árbol
los niños
ellos al menos tienen la sangre pequeña
en los caminos de los labios desaparecen unas miradas
que ya no pueden llevar los cuerpos en su piedad
tan escasa nana que el vínculo se rompe para siempre
y que conlleva tortura
ojos reventados de nácar
mandíbulas de podadera
noche envenenada por puestos militares
escondites de brasa
la soledad completamente alrededor un único cristal para sí
trota trota caballito
la jauría salvaje penetró en la sangre
chorrea de las sienes sílex bajo el hierro
no llega la muerte hay que correr durante mucho tiempo tras ella
un puñetazo la palabra en la garganta agrietada
sienes demolidas
y la tensión en la sombra de los músculos de la esperanza
allá abajo todo es fuego y los que huyen – unos conejos
pobres llamas despavoridas
van a caer en el ardor guerrero
y entonces por qué no habláis de rosas magnéticas
vientos de hambre y sed esos dulces jardines del hombre infantil
antaño amor problema de frío
la palabra ahogada en la garganta un antiguo estertor
todo esto allá abajo
y el polen de las cenizas en las nieves a trompicones
trota trota caballito
deshaces la lepra de la comida
liberad los escorpiones lunares
abrid las esclusas de barro
y las trampas de la indignidad
derribad las presas
que la ola de cadáveres líquidos sumerja nuestros muros
y con todo el hedor de este nuevo parto
que el hombre se sature hasta los refugios de su recuerdo amoroso
hasta el escupitajo en las caras
aplastadlas matadlas en el mismo árbol
hasta las malditas ternuras de las madres aquí abajo
y en la confianza vegetal de los niños da igual
picas y candados
moscas os digo moscas de castigo
y siempre caras infantiles entre las carnes
y corolas zumbantes de alfabetos extendidos
como un comienzo del mundo ya putrefacto deformado
antes de haber saboreado en el corazón afrutado del viento
la leche floral de los vuelos delicados
una única lágrima quieta
trota trota caballito
nada al final de las dudas
nada en los bolsillos del agua
dónde vas cargado de paisajes muertos
para no ver ni oír el tiempo con costuras
yo ya no conozco arena
trota trota caballito
RONDA
el agua se frota las manos
si hubiese por qué
el árbol picotea
en días mejores
suena la hora
la mesa está recogida
las sienes ciegas
los animales en la paja
los mendigos cuidados
las enfermedades detenidas
los ríos curados
del estruendo de las montañas
los cuervos encorvados
las cartas en secreto
las hojas selladas
el viento doblado
colocado en el armario
me refiero al espacio
de lluvias guturales
de plagas naturales
de palacios engalanados
y de sables celestiales
de sangre clamada sobre los tejados
de animales sordos locos
de mimosas muy abiertas
de bocas tapadas
cortas y cosidas
los rasgos suprimidos
los raíles limpios
las campanas oscuras
los balidos rotos
la hierba desposeída
de su calderilla
las risas a la espalda
los paquetes depositados
las carretas vendidas
las ilusiones en el establo
con guantes de recambio
cuerpos y equipajes
los chopos solos
el musgo regado
la tos calmada
el vino bebido olvidado
la cena servida
la pradera destrozada
los ojos abiertos
los últimos con los últimos
los vestidos preparados
la maleta en la mano
el sombrero en la cabeza
la sonrisa puesta
la mano hechizada
la llave ensangrentada
de la sangre de los sometidos
la raíz desnuda
cerré la puerta
los maté
TIERRA INVISIBLE
vi de cerca entre los ciegos el misterio del nacimiento
el día se alzaba roto bajo las cadenas y por la emulsión de las fuerzas oscuras de los rayos
en un traqueteo de galope bajo la nieve aterciopelada
vi una flor de luz la mínima lámpara nocturna de seda
latir en la puerta de un hombre pobre hombre de olvido y transparencia
canto y silencio mi hermoso país de felicidad
quién llama a la puerta olvidada enterrada bajo el serrín de olvido e invierno
por qué llamamos dije a la fría verdad en verdad
como el agua de luz inunda la habitación desenmascarada
mil alas blancas cortan el aire repentinamente violento como una risa de muchacha
en la puerta del pobre donde solo el repiqueteo de la lluvia golpeaba con una sangre cansada
el pulso del día de la noche y la quemadura invisible agarrándose a las comisuras estrelladas
sueño o ruido de silencio de espinas
el viento la lluvia la libertad
dije que no dije nieve lluvia y viento y granizo
dije en la sombra en la misera
en vano cacé moscas
rompí tanta vajilla
que la vergüenza sube a mi boca
tantas palabras amargas
en carreteras recorridas de memoria
los ojos cerrados la vergüenza al frente
una risa burlona en cada ventana
y mucha indiscreción en las miradas entre las hojas
de todos los árboles apuñalados en mi pecho
la felicidad los frutos la libertad
vi de cerca entre los ciegos el misterio del nacimiento
viento y lluvia y vino y frutos
el sol del ciego un niño en la nieve
y para predecir el porvenir todo el poder del hombre
ofrece carne igual que pan y sal
a la más bella a la maravillosa a la llama futura
era un día como ningún otro del mes de agosto
la audacia altiva de su fuego
el que cruzará la larga noche de Francia
vio extinguirse la angustia en el brocal del pozo
y del encanto de las aguas surgir la ira
una luz única
pura entre las más profundas penas
vi de cerca entre los ciegos el sol del nacimiento
y la flor primigenia
el pan radiante en la cumbre de sombra
y unas montañas de pájaros recién confiados
regresar al origen
canto y silencio mi hermoso país de felicidad
TEMPORADA A TEMPORADA
puse sombra en el árbol
y el árbol metido en líos
al diablo al diablo
tu naturaleza comestible
la arena en la cama
las cenizas en el sueño
el sabor a lluvia en los encuentros
el regreso del ciego
las miradas de acero
de aquella que espero en el seno del calor
las palabras de cristal roto
la cabeza de mármol
los caminos a bofetadas
las puertas de ningún sitio
las bocas sordas
las tablas rasas
las moscas de guardia
los vinos solos quietos solitarios
los rasos campos
los deseos debajo de la mesa
con los perros débiles
los piojos y las chinches
en la cama asfixiada
por la conciencia de libertad
al diablo al diablo
tu naturaleza negociable
LO INÚTIL
el prado asciende bajo un cielo cegador
implacable golpeado por olvido
una imagen muerta en la paz fingida
de mi olvido
hay agua que pasa y el viento
arrancando al ciego su voz nativa
el hombre que habla mordiéndose la lengua
y se oye escuchar
un pensamiento me viene de lejos
aquel que ya no cambia
ni canta ni ríe
implacable golpeado por el miedo
como por salvar un ahogado
abrir la puerta de una jaula
ella arrojó al agua del olvido
en la sequedad de hierbas salvajes
pobre loca
NADA DE NADA
rompí la nuez del recuerdo
y la imagen se me escapó
ardilla de cara corta
corre aún de ventana en ventana
donde se muestra una boca errante
y una huida sonriente de labios
por haberle dado mil
viví de burla
de fuego frío del ruido de las moscas
de la saña de los pájaros
y frente a la pared ciega
dí mi lengua al gato
pero qué más da soledad
sed de mundos vino amargo
estoy aquí no estoy en ningún lugar
el acero de un cielo más vivo
que el invierno abrasa y vigila
en la cabecera de mi rabia
de toda la alegría de todo mi dolor
como en el día maduro nos acordamos
UN ATARDECER
(Erlkoening)
cuando el viento se tuerce atado al juego arrogante
de los filamentos de cielo donde se resbalan los animales
se retuerce las manos se golpea el pecho
cuando el vacío de la mirada bebe el baile
cuando se atasca el mecanismo de las salidas
cuando el gato crece en silencio
y el erizo el erizo
presiente la leche del peligro
cuando la hoja ni jugadora ni quejosa
justo por eso mismo se apaga
y el pastor en la colina
entra en su árbol
cuál es ese cambio fugaz
de los pasos de hojas secas sobre el relincho de la carretera
he aquí llegar del fondo de la sed
una señal gris de pájaro de tierra
en el murmullo de los retrasados
entre los gritos y los niños
se hunde en las ranuras hasta los poros
y en las plantas en la carne de las hierbas de risa
y las ganas incluso de llorar
se interrumpe en el umbral de las prímulas
vi el negro galope en el camino de la paz
el canto barrido el rostro secreto
jinete salvaje qué sangre ridícula
provoca la montaña acumula la bruma
no existe nada nada como la noche
de los nuevos niños detrás del espejo
ridículo jinete qué negra sangre te lleva
chorreando sueño al traspasar la puerta
esto no es nada un pájaro se cuela con sigilo
espoleado por el atardecer y por la llamada del amigo
ya no sirve esta luz para beber
donde se escuchaban las palabras en sus profundos frutos
la ventana castañea los dientes
y la risa de la cristalera ante un mundo frágil
igual que de otro mundo de sal y transparencia
aúllan los lobos crujen los muebles
las flores se despiertan en unos nudos de leche
hay un humo blanco alrededor de la cabeza
un canto olvidado a través de la época que transcurre
terrible jinete oigo un grito devastador
en el ala del viento el lecho de dolor
hijo mío mi dolor mi río mi alegría
el enemigo se bate en retirada
como incluso las ganas de dormir
se interrumpen en el umbral de las prímulas
ARBUSTO ABIERTO
a fin de anular la distancia
usé mis ojos ardiendo
fui al desierto
se me escapó la soledad
tenía que perderme
para esperar la estrecha pasión
en el corazón negro de las galopadas
bajo la piedra y el sol
te reconocí mi vida
te protejo te cuido
en el jardín de los cálidos silencios
mientras el pasado bajo tierra
roe la sombra con su freno
no es una hija de la tierra
aún menos una hija del cielo
sino más bien una hija del agua descontrolada
nada o casi
de quién hablas tú tristeza
un pájaro muerto en mi mano
que se enfada se cabrea
la memoria inextricable
yo paso
incansable ola de fondo
el fuego corre dentro de mi sueño
y devasta sus caminos
pero yo vivo de su luz
SALUDO
hay una carretera destrozada a fuerza de mirarla
hay un hombre atrapado en el iris de su cristal
ya no toca madera no teme al día de mañana
deshoja el mejor momento de su vida excesiva
la residencia fija en el corazón mismo de un nacimiento
y la pura conciencia sensible tartamudeando el nombre de las cosas
la seguí hasta la membrana vibrante
que separa la risa de la muerte y el insolente resplandor de los vivos
estoy allí como lerdo insulso
frente a la felicidad de la inocencia
ya no hay salida
hasta que el cántaro se rompa
tiro de mi camino tiro tiro
lo llevo a la espalda
si detengo mis pasos indiferentes
todo me cae encima de la cabeza
todavía una risa ciega
que no sabe retroceder
como un viejo zapato insultante
dentro de poco voy a decir buenos días vida mía
y desde el otro lado del río tortuoso
calzado de cielo reinventado con todas sus piezas
escucho ya la inmensa voz de mi deseo
subir hasta unas palabras aladas
un sustituto frente a la nueva puerta
un aparecido de última hora
un joven un alegre viajero tímido de vergüenza
armado con toda la inocencia de pájaros duros como hierro
MAL RECUERDO
no pesaba mucho el pájaro bellamente
débilmente paralizado en unos ojos de araña
solo sabía suplicar
caía en humo
humo sin fuego historia contada
y la conquista más bella de la ciencia frutícola
tu sabes lo que yo sé nosotros sabemos vosotros sabéis
los jabones se vuelven escasos cuando hay que lavar la ropa
en familia como los paisajes bárbaros
los más hermosos frutos tienen sabor a jabón
él lo sabe tú lo sabes la eternidad abandonada
en lo concerniente para compota oh fuentes de sabor
esclavas de qué reino salvadas de qué atolladero
perdidas entre el barro golpeadas por sombra
hacer su nido de viento de sed
no importa dónde en la cuneta sibilante
sobre la carretera sometida
en el granero loco y quieto
en el árbol del miedo
al borde del río tortuoso
aquella que solo se cruza una vez
en toda la vida
bajo la lluvia y el azar
en el fondo de la miseria
al margen de la pobreza indiscreta
o de aquella estricta como una columna
sobre la paja de las mazmorras
en el lecho de ratas
en el vacío
no importa donde protegida por las jaulas
griteríos de chiquillería misteriosa
ella no pesaba mucho el pájaro bellamente
toda la charanga
humo sin fuego vida sin aristas
la telaraña donde soñaba un ser débil
ojos petrificados de verse mirar
oh ratas subidas desde el fondo de la bodega
bajo las tormentas de las duras risas
tambor redoblando
ella se perdió toda mía con plumas
por haber puesto como si nada pasara
en el sabor del mundo
el humo de alas pesadas
CADA DÍA
cada día gime más profundo el sotobosque
en el silencio donde te descubres
a ti mismo vencedor de tu imagen impura
cada día es necesario vencerse
caído más abajo que otoño de miseria
en la ruptura de las puertas
las hojas arrugadas
cada día una nueva fuerza
cuando tantos otros cayeron
bajo la horrible risa de las ametralladoras
el insulto de los pasos bajo candado
la vergüenza la amarga compañía
cada día el susto del despertar
como un golpe de espacio en blanco
profundo dolor aquel donde la muerte aparece
entrechocando los talones
pero la vida que en nosotros fermenta
cargada de horror con hilo de la ternura
os dará risa
jinetes sin miedo en la mofa del agua muerta
de fuerza perdida
OLA
por el fuego el viento la metralla
sin llama sin aliento sin fusil
como palabras de justicia iluminada en el centro mismo
miedo por todas partes presente definitivo
así huye la inmensa noche de la soledad
y a su lado grande abierto el hombre al acecho
qué fue de aquel silencio salvaje
acaso sentenció su vida un golpe en el mentón
mentón de su vida limón de adolescencia
de estrella salpicada en el fondo de una vaga tierra
no comprendió nada da vueltas en su cabeza
las rodillas destrozadas las palabras dispersas
completamente alrededor de su tímida mirada
la marea invisible de las ciudades de los campos
y el acero unánime de su terrible sol
ANÉCDOTA
gigantes de lluvia fresco de verano
oh profundidades de vanos destellos
voy siempre provocando las caídas más certeras
no soy yo acaso aquel que de lejos se ve vivir y perecer
así voy ojeando paisajes para seguir
desgarrando desgarro fiel
de madera muerta de carne de tierra
perjudicado perseverante
hasta la próxima estación
soy caballo soy río
avanzo mal al menos vivo
NANA ENTRE DOS PUERTAS
la hierba seca bajo nuestros pasos
nuestro trayecto no conduce a nada
porque el fuego de las duras hoces
salpica nuestra vergüenza
conocí la época de vinos
bajo el yunque y la paja
y en el corazón de las sutiles esperanzas
la desgracia con sabor a fresa
viento marino con las manos sordas
voz enguantada de gel de tierra
la casa por el tejado
y mi vida para quien la quiera
no cogí acaso en la raíz
al hombre en las trampas de los grandes días
y perdido en el juego de palabras
y la cara y mi pena
devolvednos sueño de las nieves
las ballenas los corderos
y en el terror de las aguas
como se da un moneda a los muertos
olvidad el pan de las cosas
ratas de ciudad
FÁCIL DE DECIR
que destroce el orden pálido
de la infancia recobrada
y que llore lo que le parezca
que trafique o hable
que regrese al oro continuamente
creciendo del recuerdo
que se lave sus grandes manos
sin tregua y sin lamento
silenciosamente inmenso
que se entregue en cuerpo y alma
al fuego del olvido
siempre es la misma historia
que se escribe con los ojos cerrados
en palabras de espuma suave
sobre un mar de vanidad
pero nunca la entendí.
EN UNA AURORA GRIEGA
aquí la arena aquí mi cuerpo
aquí el mármol y el arroyo
sobre la mesa donde se oyen los números
el vaso de vino y la palabra lunar
y el repiqueteo del cristal que te atraviesa
pero el cuervo defiende el espacio
el veneno redondo de la paciencia
la tierra está llena el animal duerme
el olivo retorcido bajo la llama de la risa negra
donde el mar remoja su desprecio
por saberse victorioso siempre
nada más que guijarros secreto olvido
y el origen calcinado de la vejez
acaso solo habría venas en el cielo
y hojas en la aventura
sobre la flauta ramificada
los abrazos de los enamorados
irían aún entre alegres juegos
a nutrir la sordera de las cosas
a envenenar su cruel vanidad
pero el sueño está podrido
cogió en la sangre de los demás
barreras fusiles
y rocas europeas
como vampiros en las rimas nocturnas
y garras paralelas
despedazaron el sueño
y murió la sangre contaminada
por no haber conquistado en vano
la prisión y el desierto
la última savia
de las raicillas ardientes
hasta la punta de los febriles dedos
enseña esta luz a los hombres
en la que el niño despierta el grito
tierra tierra en el horizonte
y la señal arborescente
en la aurora de la mirada
guiando la estrella el hierro
reconocía su duro camino
del recuerdo
victoria pura entre las puras
que solo quede por decir una palabra
para cogerla y saborearla
incluso piel y sonrisa
que la tierra empiece de nuevo a creer
en su hierro y su estrella
no quedan cuervos
el sol en el pecho
regresado el sueño
con su grandeza incendiaria
los reyes magos hacia nuevos nacimientos
se dice acerca de la montaña que ya se encienden sus fuegos
en el centro visible del silencio
y la llamada se hace quemadura
la sangre sube a las mejillas de las ciudades
la hoz y la cólera
son las dueñas del mundo
en cada calle donde un hombre canta
vestido con su luz
el viento reprime las lágrimas
bajo la máscara de los ciegos
ACEPTACIÓN DE LA PRIMAVERA
hablo de un tiempo nuevo reluciente
y de una frescura azulada
en el oro de las pesadas aguas
engarzadas con lentas dagas
las puertas están abiertas marfil de frutas maduras
hablo de constancia
los senos sangran
se ofrecen en la majestad de la noche
en los desgarros del corazón
la esperanza se hace fuego
soles enanos saludan a las lenguas de cristal
aquellos que marchan devorados por su eco
y el galope de la sangre
entre lágrimas en calma
en las incrédulas fuentes
comparte las voces las justas y las duras
hablo de estas fuentes
que el secreto de manos femeninas
supo conservar intactas
al final de su brasa
qué importa su resplandor
si para perder el camino
se extravían bajo la ceniza
se tapan de la ardiente fidelidad del silencio
no saben como decir
incandescencias sordas
heridas más profundas
que los países dormidos
de los que hablo – arena –
no tiene nombre en este mundo
donde la primavera a mechones
se arranca en la noche derrotada
por qué no tengo yo poderes incultos
de sortilegios luminosos
injertada la vida frágil
en la robusta risa de las montañas
donde viejos recuerdos de terrenos en barbecho
dormitan en mi carne
escucho fuera la inmensidad
romperse entre los árboles
el fruto de las castañuelas
se ilumina en la cascada
os despertáis el fuego precintado
en el alba mentirosa
aquí los vientos quietos
en los camisones de dormir
danzáis la noche de las edades duras oh piedras
los números y sus presas visible aquí abajo
hasta estallar en risa sangrienta
que la tierra venga a la tierra
y se multiplique la semilla de su reino