ÍNDICE

Presentación

Entre una cosa y otra

Tener tiemepo

Razón de ser

Perdidso en el camino

Capitel

Madurez

Al margen del mundo

Entre mil

Mañan a la vista

Muda

Impenetrable

A una muerta

Despertar en la lejanía

Tallo

Prometido a uno mismo

PRESENTACIÓN

En 1940, las tropas alemanas ocuparon París, Tzara como otros huye hacia el sur y allí escribe estos poemas. Pertenece a su época más prolífica, escribió hasta cuatro obras, aun cuando las situación bélica impidiera su edición. El 24 de Agosto de1946, justo dos años después de la Liberación, se publica Mientras tanto con un aguafuerte y cuatro ilustraciones de Henri Laurens.

Retomando temas genuinos de su trayectoria poética, la soledad, en este caso acentuada por el desasosiego y la amargura de la persecución que le conduce a un exilio silencioso, pero también, la luz, el fuego devastador y purificador, la “remasterización” del significado de las palabras, la dotación de un nuevo sentido al lenguaje y a la paremiología, como demuestran los títulos de poemas como Entre una cosa y otra, Al margen del mundo, Entre mil…etc.

Ese aislamiento personal, no impide su conciencia social y los poemas se desdoblan hacia otro, a la manera de Rimbaud, en este caso a un tú. Este continuo balanceo, esa alternancia entre contrarios, esperanza y desesperación, amor y amargura, vida y muerte, es una constante en la lírica (dialéctica) tzarista.

ENTRE UNA COSA Y OTRA

el cerrajero bruñe la oscuridad de los siglos

el carpintero a golpecitos maldice el miedo a la muerte

el jardinero planta sábanas sobre colinas de humo

y el ciego recoge el hollín siempre

al espejo del girasol el mecánico le da vueltas

en el sentido contrario al mundo de las enfermeras

van al cine al bosque de las setas

y los inválidos hacen sonar las hojas muertas

cuando el labrador arranca la espina del día

ninguna emoción recorre la palabra del somnoliento

el pastor remueve el gris del yermo

y el marinero no escapa a la ráfaga del tiempo

oh animal valiente en el huevo del dolor

el encantador de brisas cayó bajo su mano

toma posesión de la mañana en el silencio del camionero

y el vidriero proporciona los guijarros

y los niños están muertos los molineros levantados

los locos más numerosos que los candelabros de sus años

corriendo a la escuela sobre el hilo de las modistas

los detectives suben en los graneros del lenguaje

ten cuidado el soplador de vidrio vacía el sonajero

a la ciudad humeante no te acerques demasiado

el pescador despliega la vela del llanto

y viejos rifles reactiva el cartero

en cada mano mortal se desliza un vil individuo

cada invernal viento nos lleva a las puertas de los pasteleros

el deshollinador está allí metido en un lío

y sobre el quepi del general paz y cenizas

el carbonero tiene en la piel ruidos del armario

ni un perro ladra cuando pasa el carpintero

es un farmacéutico viejo vestido de yeso

y su guardián se pelea con la noche

hay panaderos en el bosque de las familias

y zapateros que saben latín celestial

aún son príncipes en la hierba de los gigantes

y el merodeador bate la soledad

no estaba en el pueblo una aureola de yeseros

acaso el andén se pondría guantes de embalsamador

aquí llega cojeando la tos del médico que aumenta

y el coche saca la escalera para la barba

los poceros se dan ánimo

cuando los geómetras rompen el oro del tiempo que corre

y los mineros devuelven la medida de la tierra

y los escolares cargan con su peso

es cierto acaso leñador que el sendero sale de tu cabeza

como al pastor de dientes hermosos

incendia la roca que yace en el foso

y el granjero no le oye con esta oreja

así van los carpinteros a la feria de chismorreos

así desarrollan los actores los subsuelos de los muertos

y los sombrereros sus verdades con lazos

y el músico saca sus consecuencias del trigo sordo

a los dedos del arquitecto nadie escapa

en los ojos de parque el relojero se instala en su banco

el regador de la calle comparte el pésame con la razón

y el cazador de pájaros se ríe con su trampa blanca

el pavimentado puso su cántaro sobre la cabeza

dónde están los jinetes que perforaban las montañas

el posadero enhebra dientes de jabalí

y el criado bebe su último aliento

amantes amantes en cuerpo y alma

los cazadores perdieron parte de la campaña

y los campaneros agudizan el aguacero

señores sepultureros quítense sus sombreros

TENER TIEMPO

el ciego duerme oculta su sueño

espejo el día se arranca de su cuerpo

duro pavimento de ojos muros

para el trayecto de mi olvido

arrojo viento y lo recojo

un punto madurado por la memoria

nieva sobre el mantel blanco

las pesadas manos del tiempo

hay noches de límpidas pieles

que devolvemos como tierra

solamente unas cifras de rostros prohibidos

con la avaricia de lo inmutable

el ciego duerme el amor impera

en el corazón de los cuentos para dormir despierto

en la cumbre de tragedias inseparables

concebí la vida como vida

en última instancia de la luz

cuál es la felicidad sus señales equívocas

que hasta la destrucción

lleva mi sangre terrible

roca llanto o vino adulterado

qué importa la vida es siempre hoja muerta

cabellos dispersos risa con sangre

soy el hierro

RAZÓN DE SER

sobre nuestras cabezas un único pájaro

en nuestras manos la mano voladora

es la misma es temporada

un único viento quema nuestros hombros

y bajo vocales amargas

la memoria sin atrevimiento

el agua viva que fuimos

en el origen de las palabras

hemos plegado las carreteras

las tijeras se pusieron en camino

con el ruido de futuros descubrimientos

quietos los jardines en la penumbra de nuestras bocas

corazón encontrado la flauta llena

niño de fuego sin humo

límpida sin estrenar

existe el sol en los dedos ciegos

que cuentan los mercados de la ciudad

en nuestras cabezas con provisiones

por el griterío de las mareas

entre frutas y batallas

iluminad las palabras de estrellas

quien pierde gana

la inmóvil razón del agua

PERDIDO EN EL CAMINO

conozco una playa cubierta de armaduras refinadas

en otro lugar los terciopelos de ardores corporales

hermosa por tanta ausencia que el mar desapercibido pasa

frente a tumultuosas medias noches de hielo

conocía un rostro donde el cielo celebra consejo

y las manos de galeras gravitan en torno a las nubes

están nubladas pero nada bajo sus restos

detiene el chapoteo de las palabras decapitadas

conocí también la angustia de los cristalinos

es la más dura hablo de juventud de inocencia

leve agua de roca y tú al lado barro

en la linea recta que se trazó el dolor a sí mismo

conocía qué no he conocido ahora el muro de noche

incluso tarde en el abismo se alzan promesas de cristales

mientras el fuego excava al amparo de lo imposible

quedan viejas vidas por desenterrar

podrán acaso aún servir para creer

la chispa con los brazos rotos

para suplicar el olvido de su risa

la miserable calderilla del jardín

CAPITEL

até en el cuello de la juventud

los cascabeles de la soledad

puse tiempo en mi vino

e hice callar la claridad

creer todavía todavía reír

en la transparencia pensada

de la serpiente que rompe el hielo

en el corazón de la angustia virgen

sería acaso solo humo

la pasión al alcance de las manos

la sombra sofocó el grito

de la selva al desnudo

ojo frágil de candado

frente a la serenidad derrotada

en la calle sin rostro

razón de ser no de vivir

MADUREZ

en la profundidad el viento rompe unas campanas

cristales del vacío nadie para escuchar

palabra tu sabor huyó al reino de los humanos

y la canción que seguí hasta las puertas del abismo

desde que la felicidad ya no da volteretas en los labios soleados

el sol encuba su trampa bajo la ceniza de las rocas

sequía todo es sequía donde el tenso arco del agua

tierna agua extraída de la palabra rozará la noche de un hombre

oyes tú acaso blancura de demasiadas vísperas

ese nombre aleteante de rama en rama

en el dintel de cada margen están siempre los mismos

me quedé en el sitio solo mis pasos están en otros sitios

el tiempo anidó lleno de sorderas

donde esponjas apagadas y pesadas sin culpas

representan un amplio desgarro en la memoria

y ecos abundantes se golpean contra el cristal

fuera el paisaje avanza amenazador

las hayas tienen gestos unidos a duros reproches

que arrojan por la ventana manojos de ira

taciturno escuchas removerse el deseo en el corazón del invierno

es un fuego contenido por unasmanos lentas y extrañas

marchitos están los lazos de las palabras con los que se iluminaba

la frente de terciopelo con amistosa mirada

nada escapa al resplandor desamparado de su llama

cada sombra en su alma reconocía la luz

y la presa no pesa mucho en la balanza desequilibrada

goteando tiempo imagen prohibida

que la muerte acecha en lo más profundo de tu risa

AL MARGEN DEL MUNDO

ella va perturbando las sombras por surcos cantantes

que las miradas salpican con su derrota de tormenta

profunda como la flor que cubriría la tierra

de una soledad de mano tendida en la esquina de una calle

tendida en vano – rígida- la vergüenza del rechazo

ya no es capaz de descubrir las viviendas nacientes

donde la muerte agota sus dolorosas lágrimas

a fuerza de rozar el olvido de los supervivientes

ella retira las nasas donde al rechazar el insulto

quedaron apresados los labios que de un pasado hablan

tierno y ligero como graves retrasos

de universo se unieron a las raíces de la infancia

y atando los vientos a unas ventanas muertas

mediante numerosas preguntas frágiles como la hierba

ella solo conocía del tiempo la hoja primera

moviéndose delicadamente en el enjambre de la primavera

ella no teme los hierros de los voraces inviernos

ni los fuegos de los recuerdos lejanas transparencias

donde extravió sus palabras el sufrimiento

ella remueve ausencias en la noche de las canteras

infancia abandonada en las vigas fugaces

el tiemplo sopla a ráfagas por tus bocas de par en par abiertas

se llenaron las palabras con el sentido de su polvareda

y el sol desgarra el desierto de las miradas

y de bellezas presentes de delicadas melenas

de plantas con algunos aspectos de reinas

de los que vendrán en la abundancia de los días

ella solo conoce el dolor ella rompe la pobreza

eterna entre nosotros por no saber morir

y por no poder más ser ella lleva el peso

de la risa y de la desnudez de su existencia

que borra ya la noche con los cabellos canos de su aspecto

ENTRE MIL

en las risas de los marcos frágil polvo

la muerte duerme en el color de la sangre

llama a las puertas de los rostros

en cada giro un grito se cierra con estruendo

corazón del que habla sin belleza

la imagen misma de la vida

a ti quebradiza desaparecida

me extravié en el camino

tanto quise desorientar tu presencia

y creí llevarte conmigo

pero me quedé en el sitio alrededor de tu cuerpo

y no encuentro ya la salida

MAÑANA A LA VISTA

si digo la verdad de los inocentes

la letra muerta de la desesperación

la regla del juego cada paisaje por turno

vendrá no vendrá semejante a la vida el vacío

si grito más alto que la gran ciudad

nadie me oye

le hombre pende de un hilo

la mentira de la iluminación

la incertidumbre de la mañana depredadora

si siembro el grano de arena se pierde en las olas

grano nutricio de la miseria

si en la soledad del rostro

encuentro el opaco amor ultrajado

el desierto de la venganza triturado en los senos magullados

y la belleza con manos de barro

arrastrada cual brizna de paja

por la luz de tu pasión

esperanza es tu amanecer grande diáfano

sobre el hambre de un espacio con mirada de reptil

la bahía de tus ojos junto a tu existencia

los puños que sujetan las riendas del mar

representas tu orgullo permaneces a la escucha

MUDA

ilimitada vi tu nombre de arena

quemar la vida de las alas con tus razones

negar la curva de años atormentada de amor

el agua enana en la fuente

escucho al día en el fuego mudo

mentir con demasiada luz

tras que se extienda la tierra de tu belleza

y que la noche me llegue a a la boca

ácida como fruto de la consciencia

conduces los ríos con tu batuta

las ciudades se apilan y se dislocan en tu recorrido

una vida de lluvia una flor para la reina

y para la nieve de su voz la pulsera de cielo endurecido

mujer volada en la piedra

quieta en el borde del espejo y de la vida

tu paciencia perdida en el amanecer de tu melena

el mar oscurecido en tu sueño de yeso

entre tantos peces que la leve ceniza

danza en el sol nosotros payasos y yesos

nos bebemos el vino de sus palabras

de los que aún no se ha dicho todo ni de la aurora ni del dolor

la lana húmeda la razón oscura

ella esta en la roca es el mundo

las campanas tañen en sus pozos profundos

ella es de sal es la transparencia

los grandes ojos abiertos para mejor verse dormir

IMPENETRABLE

el fuego desplegado en la huella del árbol enloquecido por cometas

nada tiene tanta prisa como el ojo para creer

el fuego del mar vertiginoso

la piel tímida y salvaje de su cuerpo interior

para tocar tu soledad con el dedo

una ciudad ahogada de tanto beberla

una mujer deambulando por la transparencia de los viñedos

no le pesa a la falsa consciencia

el metal de agua

para tocar tu soledad con el dedo

aún el fuego y aún su alta rectitud

y mirar para siempre la distancia inapelable sin hojas

allá arriba donde se comen los sables el ruido del diablo

se escucha el aire mismo ante el espejo desnudo

tocar tu soledad con el dedo

y apenas asciende la noche atada al viento

cuando de todos los rostros la más dañina mentira

se abre en la orilla

y tu permaneciste atada al viento igual que a la risa el sufrimiento

tu soledad para dormir de pie

A UNA MUERTA

se apaga un tejado en la mente de la tarde

todavía un día más en el corazón de la luz perdida

los ojos destejen la vieja trama de la evidencia

donde alrededor de las piedras se excava el mismo rostro

ya no tienen voz los labios de la noche

se cerró la corriente del llanto en el hueco de las olas

y las miradas están solas para convocar el acuerdo

de calles y arroyos en el atardecer del cuerpo

en los cabellos magullados por el alga de la aurora

se aferran aún unas manos que leen doce horas

los huesos se pudrieron y la hierba de primavera

a penas los descubre en las raíces del olvido

así te perdí por el cielo en llamas

a fuerza de buscarme en el margen de los caminos desnudos

en cada uno de mis pasos donde se agarra la esperanza

tu imagen se arranca de las heridas lejanas

en el corazón del largo silencio donde cristalizó una lágrima

único círculo de un mundo desaparecido

se borra hasta los límites de la dicha

el alma de un recuerdo mas firme que el tiempo

acaso aún existen orígenes nuevos y alegres

enterrados en el centro de las tierras cuando estuvimos

en la plenitud de nuestros días antes de muchos otros días

cuando el sol se confunde con el botín de nuestras noches

es el mismo rostro semejante al origen que muere

bajo cada gota de agua una muerte aún muy joven

nada resucita al final del dolor

ni mantiene el abandono en el sendero de la pérdida

DESPERTAR EN LA LEJANÍA

ella siempre canta en un bosque de cabezas

sonriente la cabeza con oro del abismo

el aire del zumbido de los minutos aumenta

y flota pesada la miel letal del tiempo

oigo el elogio del rumor último

cuando el hombre derretía sobre la hierba viva su cristal duro

arranca solamente testimonio intacto oh árbol

el cielo perdido en la frente opaca de este mundo

perdido en la multiplicidad del ser

vivido al nivel de cotidianos exilios

perdido en el ruido entremezclado de animales

vencido por el feroz barullo de la arena muerta

reconocí prado el brillo cargado de corazón

en nuestros amaneceres rotos por el hierro de la calle

y renaciendo en el aliento de su frescor que baila

esa voz la única que quiere que nos acordemos de ella

oculta cubierta por cenizas de nuestra pobreza

TALLO

yo descendía de la montaña

bebí el vino negro de la negativa

la cabra ramoneaba el reflejo del cielo

decepcionada la roca me enseñaba sus colmillos

el pino se mezclaba con la mimosa el duro declive de la certeza

silencio ambulante pájaro

qué hiciste tierra para que mi sed vencida

conquiste la dulzura de sus lágrimas en tus brazos

el canto sin etiquetarlo llega lejos

al centro claro del tiempo

entre todas las existencias está el sueño

sujeto al cuello de los seres nuevos

PROMETIDO A UNO MISMO

arrancada a mi sangre

existencia flor de la tierra en voz baja

escucho las repeticiones actualmente enterradas

pero vivas en las espesuras color de silencio

ya no están los ojos próximos a nuestros rostros

como el calor de la palma de una mano fraterna

para tener limpio el cristal de las sienes

ya desaparecía reabsorbida por el unánime movimiento

la melena de tu recuerdo cuán dulce presencia

blanda tensa agua vapor sobre la montaña

aliento doloroso grabado en la frente

de la infancia terriblemente juguetona de la primavera

luego un nuevo mundo de piedra y cerradura

el halcón real alza su dorada cabeza

entre los fríos esplendores coronados por vida impertérrita

más duras que la muerte las magnitudes del miedo

yo caminaba amigo del viento sobre rebledes senderos

y pavimentos excesivamente nuevos para este mundo que corre

a perder su silencio en cortos estertores

caminaba sembrando el silencio

sobre corrientes de agua dulce o amarga

se extendían las placas de masivos pasados

allí por donde pasaba retornaba el silencio

estrangulado en la semilla de la noche faraónica

ninguna fiebre en el granito situado entre los muros

mil padres de sus padres pasados de hoja en hoja

retrocedieron la vítrea conciencia de la sonrisa

hasta épocas sin forma entre duras hormigas

entre fuego y hambre transcurre la hora la hierba renace

se desvía el luto por la muerte de los seres queridos

las flores recién nacidas en la colmena de la mañana

abren sus miradas sobre el olvido de uno mismo

y el futuro también engañara al tiempo

césped de juventud descubierto bajo la paja del invierno

sobre la colina de luz se enciende el sentido de las penas ignotas

siempre nuevamente brillantes de infancias y pudores

silencio arrancado a mi sangre

no lloro más sobre existencias que volaron

cerca de tu mejilla de sombra fosforescente

ilumino el trayecto de mi paso entre las expectativas de cristal