ÍNDICE

Escrito liminar

Para beber y para elegir

Profundidad de la primavera

Tronco de fuego

Transeúnte I – III

Ingenuo

Primavera en el este

Tu grito España

Elegía al borde del mar

ESCRITO LIMINAR

En 1956, durante la posguerra, Tzara publicó con este títuloLe fruit permis, verso del poema La source voilée,una recopilación de algunos poemas incluidos en otras obras anteriores, ilustrado con la utilización de plantilla por su colaboradora, ya había realizado los trajes para la obra Le coeur à gaz, la pintora y diseñadora Sonia Delaunay, quien junto con su marido Robert fueron íntimos de nuestro autor.

A esta selección Tzara añadió nueve poemas nuevos que son los que aquí se traducen, ordenados por pares contradictorios, los dos primeros oponen una visión caótica del mundo con una voz alegórica interior. En los dos siguientes apreciamos una alternancia entre la dulzura y la nada. Con Crédulo llega a la máxima expresión de soledad que remonta en los que siguen con la luz y la alegría con dos poemas de tono político en los que reafirma su fe en la amistad, la solidaridad y la esperanza.

EL FRUTO PERMITIDO

PARA BEBER Y PARA ELEGIR

hay una blanca esclavitud que se extiende en la huida del tiempo

existe durante todo su impulso la deuda de sangre que se impregna

hay una nube una sola pero pesa más que la tierra sobre el inconsciente de los años

hay en la acritud de estridentes gritos de leche la aguja de una voz tropical que asciende

existe la costura incansable de los árboles en el camino envenenado

hay un horror inefable en la frente de los que se mofan

existen por el temblor de montaña el ciervo que salta la cabeza aullando el ave con fusil

existe la hoja de muerte en el iris de la lluvia la mirada nerviosa y el heno perdonado

hay mil cabezas en una cifra y el remordimiento a la pata coja

existe el que se enreda en la púrpura de sus palabras hiladas

hay lana envenenando la jarra vacía de los cráneos

existen aquellos que dejan empapar en agua sus sutiles jabonerías de memoria

existe el asombro estúpido de todos los que miran y no hacen más que mirar durante el desfile de la vida de los demás

existe el gemido como animal de carga

existe el ojo fresco en la cascada

existe o no la joven ternura aflautada en mi mejilla

la de la infancia perdida en el oído

hundid desórdenes químicos de los repiques de la puesta de sol

en el océano alfombrado de estrellas muertas

sigo con hambre

nuestros días se miran

sin conocerse y no se abandonan

cabeza pisoteada mirada espumosa de algas solitarias

basta un solo estallido para recoger el sonido humano

para que el agua suba a la boca

como los caballos se levantan en las venas

deslumbrantes por mil conjeturas diamantinas

entonces la reina envuelta en las escamas del sueño

reina de nuestras penas nieva para nuestras manos

levanta también la cabeza ante el insulto de las calles y el fuego de las suelas

que el viento invernal nos arroja al rostro

en el corazón de las noches dubitativas como única frontera

se incrustó la eterna herida de las regiones de la infancia

quien quemó su sangre

en la vasta lámpara de los deseos que se imploran

duplicando su dolor

vio nacer la lucidez de los lobos en un espacio olvidado

y la felicidad que conduce a la luz

FUENTE OBSTRUIDA

el collar de las ventanas vio morir su peso

y el pecho del espacio gira sobre si mismo

vivo en medio de mis días repetidos

pasan y no llegan a perecer

me siguen yo ando opaco

en la muchedumbre alegre por sus indicios de despertar

desde que me acuerdo cantan

cada cual en su lenguaje prisionero de su claridad

donde avanzo solo queda luz

en mis ojos que oculta su secreto

los días siguen a mi lado

se pegan a mis pasos a las horas de los rostros

su crecimiento lanza el insulto de la época de caracoles

vacilante misteriosa apariencia

la ley del hambre le imprime signos violentos

de realismo y libertad

incendiarios instantes en las alturas del hombre

en el destello de la oscilación descarada del querer

cual estrella en cabeza de toro

finalmente frunce el ceño con su niebla ante el pase

dejando los días en el profundo borrado de su surco

puertas abiertas al sueño

alcanzo el umbral donde ríe la llama

de saberse todavía fruta permitida

y el sabor del agua brota e incluso la lluvia

su derecho de roca y de sol para la desnudez de este mundo

                    

PROFUNDIDAD DE LA PRIMAVERA

LA CONCIENCIA

vas ebrio de agua a buscar la luz de la colmena

en el árbol viviente tus gritos se atan como mortal bufanda

la crueldad del bosque se mide por la proliferación de voraz roca

sobre el cuerpo estremecido se abate el cielo con alas de azufre

como el sueño devastado por las fábricas de miseria

tu avanzas penosamente en el lodo de las sonrisas rotas

silban los dientes a la luna mellada del arroyo

donde ya la mañana lame la sangre moribunda de los perros endurecidos en la vergüenza

LA AMIGA

campanas campanillas zumbidos y tulipas

qué hiciste de la amistad agua fresca en las sienes del tiempo

de la profunda voz donde cascabeleaba la flor visible en el

corazón de cristal

del campo cubierto de noches donde los niños cortaban el césped del recuerdo

EL PENITENTE

olvidé el tiempo olvidé el reino corté el césped bajo los pies de los niños

sepulté mi cuerpo en una existencia desgarrada manchada por bocas insalubres

até la piedra a mi cuello puse la ceniza sobre mi cabeza

mi mano de piedra el pudor en mi lengua el río envenenado delante de mí

LA AMIGA

alza la cabeza de las puras profundidades que alcanzó tu respiración

en los límites de la injusta muerte bebiste el vino del miedo

tenso entre unos dientes trituradores uñas duras de la conciencia

que la amistad del perdón venga con pasos aterciopelados

a añadir la mañana de su cara al espléndido juicio de las ventanas

LA CONFIANZA

habló y vimos la vida del bosque desgarrarse por la mitad

y por el paso abierto avanzar el blanco gentío de un milenio de cuentos

a través de la avenida de pechos de hielo el mundo se unió a las comisuras de la fuente

y el niño surgió del fuego en las estrellas callejeras

semejante a un sol de mercado ambulante

TRONCO DE FUEGO

EL LEÑADOR

hablo de árboles solo creo en su corteza

la altura centelleante ante el dueño de razón

la razón desgarradora de las heridas incendia la garganta

el asesinato flota en la abundancia capturada de las abejas

ni lodo ni sol solo tierra de ramas

y el grito vaporoso derramado en la sangre

la muerte nos pisa los talones la regalamos a los demás

gigante de olas ella desarma al avaro

El CAZADOR DE PÁJAROS

de vida esta construida la cama del despertar

unas gotas de gritos que perforan las manos

estiradlas somnolencia de cuerpo palpitando

en los pequeños abrazos encantados de verse

EL BARQUERO

dijo hierba como oro de campanas

la luz no se duerme ni el instante sobrevive

la onda agota sutiles flautas

en la redonda violencia de piedras asentadas

EL LEÑADOR

los platillos de mil sorderas sepultadas

EL CAZADOR DE PÁJAROS

crueldad llorosa en las tiernas miradas de las hojas

EL BARQUERO

cuando yo paso la conciencia pierde su testimonio

El NIÑO

quien baila vivo come su pan

los ojos en la boca de los caramelos

quien corre ve su caballo subir hacia atrás

la escritura de hormigas entre los cuartos traseros

en la escuela de los cuatro vientos de lotería

en su casa está con miriñaque la vecina

fuma la pipa caracol ganador

yo soy un árbol luciérnaga pájaro

el río pasa por mi cabeza

si el leñador me mata

el cazador de pájaros coge mi casa

el pescador azota mi costado

conozco mi vida de memoria

como mi hambre bailo mi miedo

la rompo en el esparto de las alpargatas

TRANSEÚNTE

I

una mujer sentada frente a la paciencia del trabajo

es hora de plomo y dinero que se reparte sobre la nieve oral

mil años de fuego en el hogar y niños debajo de la mesa

unos brazos cayeron en la copa del avaro

y la madera en el depósito – haces sonar el fuego

abrid las ventanas manteneos a la escucha

montones de chatarra se levantan por la noche

la amarga ronda de los lobos pasará aún en vuestros patios

restregando la absurda risa con el sílex de la muerte

II

imperceptible en la niebla domador de locas ventanas

el fusil de caza recto en la espalda del muro

el hombre crucificado en el vigor de la esperanza

y el mar con sus pasos sombreado por llamadas infantiles

le arroja a la cara el viscoso desprecio del tiempo

al igual que no llegó nadie

y como el tiempo se hizo desgarrar por el burlón

mil trozos de noche a la vez tomados como testigos

el negro para siempre tragado en silencio

ves esto ya no va sales despacio

a la puerta del sueño a remover la nada

III

que se desplome que madure la cama oscura

donde circula a sus anchas el infierno por bajos fondos

proveedora de muertes tiernas

tiernos brotes no sois de este país

reflejo de frutos de acero

crueldad llorosa en las miradas de las muchachas rubias

la miel de vuestras promesas emprende el camino de los ausentes

la noche rezuma paredes ciegas

el sueño se congela en su cama

y sin embargo un grito de mujer

hace derrumbarse el umbral de los muertos

arrancado en el costado mudo

la escarcha y la sonrisa

INGENUO

dolor reconozco tu paso terroso

la brisa que ruboriza tu rostro de torbellinos

el acero surca tus débiles arrugas

todas las miradas rechazadas

destrozadas en el agua de las burlas

sacude las escorias con garras de presa

ola deslumbrante en los límites del miedo

constancia viví del cálido aliento de los mares

bajo el ala de tu signo

reflejado en el centro del medio día crucificado

esperé la época

esta es la estancia donde se cazó la sombra

vestida de mil resplandores bajo los arroyos amigos

se abre a los ecos llevados por las estrellas

con manos ausentes para el momento de esta gloria

se apagó el sueño en todos los recuerdos

muestra sus manos vacías

el hogar ultrajado tristeza abotargada

la somnolencia por charcos en profundidad

sepultada hasta el desprecio de la palabra

y nadie y nadie

tras las persianas reforzadas

PRIMAVERA EN EL ESTE

en la mañana de este mundo que se descubre en mi habitación

durante la vasta noche de los lobos que degolló la ira

vi levar el ancla

estaba el sol con amarras de fuego

estaba en los pechos de los muelles desgarrados

un solo grito de luz

el combate reconocido en el oro loco de las ventanas

estaba – por el dolor regresada la época –

un hombre uno solo la marea de los bosques

y el gentío premia con aliento único

la tierra retumbaba bajo la alegría recuperada

en el trigo se alzaba su ígnea sonrisa

pude contemplar antiguas praderas

y la infancia de agua extraviada entre nosotros

sostenerla en mi seno

pude remontar torrentes separados

enganchar mi mirada a los pedregales del miedo

da igual las elevaciones donde huyó el hombre

mi canto siguió el cristal de su poder

da igual el dolor da igual la muerte

si la vida debe continuar su vuelo conquistador

y ya paso a paso ene el camino de la flor

la luz se reúne con su fraternal color

tierra tierra tierra—y la nave navega

ola tras ola te tiendo la mano prometida

hombre en la tierra con la amistad herida

los espinos en ropa de levantarse

las hojas insensibles y los pájaros perdidos

el cielo de su belleza visible de repente

marchan contigo por nuevos caminos

TU GRITO ESPAÑA

puñal taimado astilla de acero

mi herida siempre es plena

por tantas otras superada cicatrizada

regresa en vivo cada vez que una queja se desgarra

recorriendo mi recuerdo

España tu dolor me alcanza en pleno pecho

tu grito sin voz se hunde en mí profundo

está presente en cada esquina de la calle

en cada casa ante cada puerta

bajo la gota de lluvia que cae

en la esperanza de cada amanecer

cruza montañas

me atraviesa de lado a lado

me persigue en sueños

el verano arde en mi habitación

con el frío muerde la carne

hace el vacío en mi cuerpo

todavía existe el amor en su lengua de desgarro

el amor golpeado y arrastrado al barro

que grita resurgiendo de la polvareda del espectáculo

con toda la magnitud de su sufrimiento maduro

no hay paz en el mundo

que no sepa soñar contigo

por los amplios caminos del mundo

te alzas y más lejos que la esperanza

va la intensidad a tu encuentro

la parte primordial de nuestra vida

la conservas entre tus manos España

la vaga frontera y el ruido de las armas

forjaron tu caparazón de silencio

y por haber conocido el peso de la sangre

hemos desarmado nuestros corazones

las velas brillan con el viento

ya se rompen las amarras

el olvido no actúa en nuestras cuerdas

estamos a las órdenes de la esperanza

la parte más profunda de nuestra vida

prisionera de tus verdugos España

ELEGÍA AL BORDE DEL MAR

pasaron los años jovencita con risa de algas

te veo en el límite cuando la época carnal

apenas cosechó sus elementos furtivos

te veo soportando su adquirida autenticidad de juglar

mientras que la juventud engaña tu esperanza

recogida con las ramas muertas

ella tiene le peso de los espinos que te vieron pasar

estás delante de la mesa y el reinado del silencio

avanza su mano blanca

insertando los objetos en una oscura danza

una lengua olvidada quedó atrapada en la pendiente de tu recuerdo

tirando de un larga red tras ella

nada permanece quieto nada nos sorprende

ni la amistad de la memoria ni la dulzura del olvido

acaso podemos retener en la vasta pradera

un soplo de hierba loca por el sol o el roedor que huye

en precipitada carrera en un común hechizo seductor

así el tiempo que escogió su presa

sujeta en su mano gigante al ser endeble

rozando de cerca la vanidad de su sonrisa

donde se debate un sueño quejumbroso

aún no ha llegado decimos el momento

que cierre todas las puertas en la nariz de las visitas

la novedad en ciernes de las palabras

al repiquetear en el cristal de la conciencia

la lluvia empaña las profundidades sonoras

cuando lámparas y siervos olvidan sus dulces gestos

murieron los faros a lo largo de la pistas

despojados los árboles de los años de su sensatez

las cuerdas que se desatan

estás sentada en el cruce de caminos

es la quietud de los campos

la habitación se desvanece en la redonda desmesura del espacio

da igual la hora de las asistencias a la mesa

primero la sal y el pan del alfabeto cotidiano

el libro se cerró en una gratuita felicidad

en el resquicio de las puertas iluminadas

entró el hombre tras una larga ausencia

encontró la ternura en el borde de los labios cerrados

las orillas están ocupadas por juegos audaces

el amor lleva su ola para la marea creciente

sumerge su mirada como un cuchillo sangriento

en el agua herida de repente por su silencio vacío

existen grandes distancias en los muros ciegos

la cabeza da vueltas a frases inacabadas

el oleaje en la playa descubre los escondites

las palabras no valen nada aunque su alegría es poderosa

a su alrededor el pesado resplandor de las cosas

mentira

todo está ahí asentado en la inconsciencia

tú estás delante de la mesa niño que dobla la edad

sobre la corona muerta de tus esplendores de bruma

las telas de araña confeccionaron su acritud

la habitación se cierra sobre el huevo de un sueño vacío

la lampara estalló como un caballo extinguido

en las partes del circo sumergidas las fuentes

desastres tras desastres se amontonan y continúan

el mundo tiende sus brazos hacia sonrisas desconocidas

que vendrán a confundirse con la eternidad de los pasos

la eternidad de los pasos que borra el viento ebrio

a continuación del día que transcurre

transcurriendo transcurriendo sin huella el amor huye contigo