INDICE
Prólogo
Vía
Tonificante
Bifurcación
Pendiente
Acceso
Señal
Pirueta
Demarraje
Fuga
Norma
PRÓLOGO
Esta exigua plaquette compuesta entre 1924-25 y que fue publicada tres años después, con tres aguafuertes de Louis Marcoussis. aun cuando perteneciente por tanto al período dadaista de Tzara, está no obstante impregnada de un aire melancólico y sentimental, plasmado por la dirección hacia el tú, esto es a Greta, a la que dedicaría éste y su posterior libro “El árbol de los viajeros”, como señaló Hugnet en el número 48 de la revista “Las hojas libres” : ”Es éste un libro humano, que surge del cerebro, del corazón, de las entrañas, de los pies y de las manos…… cuando la poesía nace de todo el cuerpo, el ritmo que arrastra las palabras se convierte en un himno….
VIA
qué camino es este que nos separa
a cuyo través tiendo la mano de mi pensamiento
hay una flor escrita en la punta de cada dedo
y el final del camino es una flor que marcha contigo
TONIFICANTE
el hastío de las lentas crecidas se deposita sobre tu pecho
muelle ampliamente abierto a indecencias claras
adoquinado por gruesos pedazos de sol
sol destrozado en los cruces de las aguas
de las aguas venas sonrientes
venas de viento inconstante
los mástiles se alzan hacia la carne de las nubes
amenazas multiformes ocultas bajo la ropa de los ángeles
el cielo es azul en el trabajo de los marineros
las cuerdas de los siglos tensas entre sus manos
las arriesgadas partidas hacia tartamudos lenguajes
entre sus manos que siembran señales en lengua extranjero
rechinad ruedas dentadas en la boca de los mares
a lo largo de la cadena que nos amarra a la costa
en los olores adolescentes de los productos de exportación y de amor
te espero a la puerta de la sonrisa a la puerta del día
la luz del día se enciende en tus labios
pintados por el sonriente beneficio de este día
y tus labios se encienden con el resplandor de las sílabas
que se escapan en las luminosas debilidades de tus labios
BIFURCACIÓN
no quiero abandonarte
mi sonrisa esta arraigada en tu cuerpo
y el beso del alga en la roca
dentro de mi edad llevo un niño alegre y ruidoso
solo tu sabes hacerle salir de la concha
como al caracol de voces delicadas
existen entre la hierba
manos frágiles de flores que se estiran hacia mí
y solo tu voz es delicada
como tu mano delicada como el anochecer intacto como el descanso
PENDIENTE
enfermedad de noches demasiado amargas
sombras amargas
en la pared crecida aumentándose la puja en las subastas
los perros ladran a la esquiva distancia
vino del sueño en la jarra del cráneo
y en la alfombra puesta por tus manos huesudas
manos que se tropiezan con otras manos de ramas muertas
encienden los aluviones en las vidas sin salida
manos que acercan la palabra a la boca del niño
conducen al niño a la boca del día
día tapizado de fuego que roza la osadía de las primeras veladas
o se agarra nervioso a la cuerda de salvamento
tu cantas unas nanas en el idioma de tu luz
en los frescores nocturnos présbitas en lenguas de viento envueltos
madre de cantos guturales en la ola ahogados
tu mano sabe agitar tan débil lenguaje
como adoquines los recién nacidos sobre las eternidades del sueño
a su vez acunan el mundo en el hueco de la ola cantarina
mientras en el fondo nevado ya de tu juventud
tus ojos renacen en la sangre de las preguntas tibias
ACCESO
mágico proceso de noches incompletas
noches tragadas deprisa de bebidas amargas tragadas deprisa
noches hundidas bajo el felpudo terroso de nuestras pasiones lentas
sueños secos por largas miradas de cuervos picoteados
hemos levantado sucios húmedos jirones de noche
en nosotros cada uno de nosotros una torre de color tan altanera
que la vista no se aferra más allá de montañas y mares
que el cielo ya no se aleja de nuestras redes de pescar estrellas
que las nubes se acuestan a nuestros pies como perros de caza
y que podemos mirar el sol de frente hasta el olvido
y sin embargo mi descanso no encuentra su motivo
como en el nido de tus brazos la marea vespertina
tras el resplandor de las estridentes tormentas la muerte gotea
es el cuerpo descosido de una panoplia de la tierra
que se desgrana en el collar de nuestros sueños de olvido
SEÑAL
entre las tramas limitadas de una sólida leyenda
mi verso vacila más allá de los pasos
el camino me atrapa en su giro deslumbrante
en los puntos que se saltan donde la malla mala
se traga la llave de mi razón errante
caja vacía abandonada en la pensión nublada del destino
en las carreteras – he de recorrerlas todas acaso-
quién todavía no encontró su gaznate regadera de la tristeza
por qué te abandoné – de la prodiga tristeza a fuego impresa
que tu curas tan rápido igual que la palabra del luminoso es cierta
pájaro con tu huella sujeto por la noche constituido
punta de flecha deslizó arco lastimero a lo largo del raíl
la noche anuló la gran distancia a media asta
derramando cubos de tierra entre nuestros despertares de fuego se eleva
no puedo escribirte
estoy demasiado sucio por la mezcla de sueño de hollín
que el tren removió durante toda la noche
dentro de la botella de la noche
y sin embargo los paisajes yuxtapuestos en las solemnes indecisiones de las caderas
mediante mil rodeos de tallados estancados te harían comprender
que entre el amor y la maldita coincidencia
planté la semilla de tu sabrosa tristeza
pero estamos tan lejos del abrazo canoro
que une la amistad con la carne flexible de destinos
los colores del vagón están sucios
las almohadas se hunden bajo nuestras cabezas igual que nuestras cabezas
y el poder de aquel que nos envía a través del mundo
en largas filas de migrantes tormentas
en sus barcos y sus trenes de carbonizados conjuros
anuncia el eclipse de las voces en el termómetro de nuestras venas
veo nuestras venas
sobresaltos interrumpidos volcados que ocasiona la balanza
pero aquella oscuridad repentina quita los colores como camisas
en las voluptuosos colinas
sus camisas
la luz de tus cabellos ahoga en el túnel
y el túnel
PIRUETA
las torres inclinadas los cielos diagonales
los coches cayendo en el vacío de las carreteras
los animales por los linderos de los caminos rurales
con ramas cubiertas por hospitalarias cualidades
y por pájaros con forma de hoja sobre sus cabezas
tu caminas y otro lo hace sobre tus pasos
esparciendo su despecho entre fragmentos de memoria y aritmética
rodeada por un vestido casi sorda por el ruido cuajado de las capitales
la ciudad burbujeante y masiva de luces y orgullosos reclamos
desborda fuera de la cacerola de sus párpados
sus lágrimas fluyen por arroyos de barrios bajos
sobre la llanura estéril hacia la carne y la lava suaves
por montañas peligrosas apocalípticas tentaciones
perdido en la geografía de un recuerdo y de una oscura rosa
ruedo por calles estrechas a tu alrededor
mientras tú también ruedas por otras calles más amplias
alrededor de cualquier cosa
DEMARRAJE
el barco se separa de la muerte tupida de claraboyas
una lágrima una sola es la yesca
que nos conecta rostro pintado de sol taciturno
y prende fuego tu estas lejos
mi lágrima es el cielo tu la ves
lo que tu adivinas lo que llega a ser
en la neblina trémula de sal de atlas
agito el pañuelo nevado de única alma
sobrecogida por corriente conectada a la santa preocupación
sin juntas sin nerviaciones tu estas lejos
de mí mismo me separo pero soy yo
un conglomerado verbal de órganos de recuerdos fingidos
el barco se separó del labio de tierra
un fruto mordido en las medias noches que se aglomeran
salieron las ortigas los destinos se llenaron de ellas
bastante
FUGA
pies desnudos y garganta áspera en el centinela
sequé mis lágrimas del lagar hasta la planta de la cabeza
aunque las vivas huellas suenan en el cerrojo
y los estornudos de la luz sangran el cielo bajo el puente de los truenos
pusimos en la cascada los sollozos a hurtadillas
cuyo invierno se abastece y se mortifica en nosotros hacia los ciclámenes
ceniza de las tierras el codo de la garganta adornada de hierro
y de bisutería de aguas repercutiendo reúne pastores con cordones de diálogo
y el músculo de la rama exagera despecho y vision
pero todo cuelga dolorosamente afuera por la ventana puerta
la clavícula de la montaña se rompió en harapos de nieve
y pesan mis ojos encargados de esperar la tormenta
los aulladores a la muerte los ponis comedores de chispas y tintineos
conducen eléctricamente aéreos conflictos confundidos por trances
tantos hilos de lluvia tantas riendas para dirigir de la cima mejilla ardiendo
y cada puño que cae sobre la eternidad es una flor cerrada en la noche
el apósito surge de violines volcánicos
y el mar masca la viga amarga
y sin embargo hierba tan a menudo pasada por el peine del viento
que sabe cuándo vendrán a juntarrse tus miradas de clorofila con las mías
tu ves a la abeja recoger sus bailes a la luz de una vida efervescente
el mirlo picotea alfabetos en los giros de los ojos
el mulo cuenta arrugas en los reflejos de medianoche
en las gotas de vitriolo existe el jaguar que no sabe
así se persiguen los números a la caza de loterías
y te encontrará un día en el perímetro de las cosas
corriendo sobre el horizonte en una maldición de química extirpada
abriendo los bolsillos de tu ser a los deseos meteorológicos yo qué sé
NORMA
Mares diversos propagan la ola perezosa
dentro de las camas con sábanas de espuma blanca
con el sonido de las páginas que gira el lector del cielo insatisfecho
la amable y cadenciosa caricia de las nubes
se disuelve tras la bruma
la tan añorada promesa en el horizonte de tu sonrisa
la tierra al romperse despliega la piedra blanca y joven
de un terso seno de gigante ofrecido a lo largo de los tiempos
y con su rabia negra se muerde los labios el viento
se resquebrajó la transparencia que atraviesa los cristales de nuestras existencias
el viento estrangula la palabra en la garganta de la aldea pobre aldea
su vida de raros claros
se rompió la cadena de palabras cubiertas de inviernos y dramas
que enlazaban las íntimas claridades de nuestras existencias
y el viento nos escupe en la cara
la incansable brutalidad de todo esto